trastornos del sueño en niños

Cualquier alteración, en niños, de la duración o calidad del sueño.

En los niños, los trastornos del sueño presentan ciertas peculiaridades.

HIPERSOMNIA INFANTIL

La mayoría de las veces, los síntomas comienzan en la adolescencia, aunque algunas formas de hipersomnia pueden desarrollarse antes.

Narcolepsia afecta con mayor frecuencia a niños de entre 10 y 20 años, con un pico alrededor de los 14mi año. Como en los adultos, produce somnolencia diurna excesiva, descensos repentinos del tono muscular, alucinaciones hipnagógicas (al quedarse dormido) y parálisis del sueño.

Hipersomnia idiopática comienza entre los 10 y los 20 años de edad, y se caracteriza por episodios de sueño diurno de 1 a 4 horas. Su tratamiento incluye tomar psicoestimulantes y adoptar un nuevo patrón de sueño (siestas, por ejemplo).

Hipersomnia recurrente, más raro, se caracteriza por episodios de sueño de 18 a 20 horas diarias durante 3 a 10 días, durante los cuales el sujeto solo se levanta para comer. Su tratamiento se basa en la ingesta preventiva de litio, para evitar recurrencias.

Síndrome de apnea (interrupción de la respiración de duración variable) puede afectar al niño en el que es probable que las infecciones otorrinolaringológicas o las adenoides obstruyan las vías respiratorias superiores. Produce despertares repetidos, que pueden ser responsables de la somnolencia diurna.

Síndrome de retraso de fase afectaría a casi el 7% de la población, más particularmente a los adolescentes y adultos jóvenes. Resulta en la incapacidad de estos sujetos para respetar los horarios convencionales de acostarse y despertarse (retraso de 2 o 3 horas). Su tratamiento se basa en la cronoterapia (que consiste en resincronizar a los sujetos adelantando su hora de acostarse, para compatibilizar sus ritmos con una vida normal).

INSOMNIO INFANTIL

Distinguimos insomnio extrínseco, causado por factores ambientales (estilo de vida, dieta, etc.), insomnio intrínseco.

Insomnio extrínseco puede ocurrir en una amplia variedad de ocasiones:

– cuando los hábitos de sueño del niño pequeño (mecer, alimentar con biberón, compartir la cama) han sido demasiado prolongados y no ha aprendido a dormirse por sí solo. Esta forma de insomnio, la más común, afecta hasta al 20% de los niños de entre 6 meses y 3 años;

– en caso de ingesta excesiva de alimentos durante la noche, el niño se despierta varias veces durante la noche y no puede volver a dormirse sin un biberón; es una variedad de insomnio que afecta aproximadamente al 5% de los niños de 6 meses a 3 años;

– en caso de alergia alimentaria (alergia a la leche de vaca, por ejemplo), el niño puede tener dificultades para conciliar el sueño y despertarse por la noche;

– cuando los padres no logran poner límites al niño, puede surgir una oposición a irse a la cama, alrededor de los 2 o 3 años, comenzando entonces el niño a buscar excusas para no irse a la cama.

Insomnio intrínseco Están representados principalmente por el insomnio idiopático, raro, que puede aparecer desde el nacimiento. Sería debido a una anomalía neurológica del sistema de control del sueño / vigilia (hiperactividad del sistema de vigilia, hipoactividad del sistema de regulación del sueño).

Procesando

Requiere la aplicación de una buena higiene del sueño, posiblemente respaldada por un enfoque conductual de las estrategias para conciliar el sueño y para controlar los despertares nocturnos.

PARASOMNIA INFANTIL

Las parasomnias, trastornos caracterizados por un comportamiento anormal durante el sueño, se clasifican según el momento de su aparición durante el ciclo del sueño. De este modo distinguimos las parasomnias relacionadas con el sueño paradójico (pesadilla) de las relacionadas con una alteración de la vigilia (excitación confusional, sonambulismo o terrores nocturnos). En este último caso, el niño parece despertarse de repente, preso de un gran susto, pero no reconoce a los que le rodean; no tiene sentido tratar de despertarlo. Este trastorno, generalmente leve, rara vez requiere tratamiento.

Diagnostico y tratamiento

Se requiere una consulta con un especialista en caso de frecuentes alteraciones nocturnas o de apariencia inusual. De hecho, es esencial establecer un diagnóstico preciso, ayudado si es necesario por el registro de las fases del sueño, especialmente una parasomnia no debe confundirse con otra enfermedad como la epilepsia. Aparte del tratamiento de una enfermedad de base, es raro que se recurra a la prescripción de fármacos, salvo en casos graves (antidepresivos en determinados sonambulismos o terrores nocturnos, benzodiazepinas en caso de ritmo de sueño – movimientos de balanceo del cabeza o extremidad, que ocurre cuando el niño se duerme). Las terapias conductuales, la relajación y la retroalimentación biológica (terapia que tiene como objetivo obtener el control del sujeto mediante el condicionamiento de un cierto número de funciones fisiológicas) a veces resultan eficaces.

Ver : Noche de terror.


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