Unificación alemana:

La unificación alemana se produjo bajo la resistencia de las naciones europeas que temían la formación de una gran potencia con poderes para dictar la economía europea. El proceso tuvo lugar entre 1828 y 1888 después de tres guerras y una política de alianzas que culminó en la Primera Guerra Mundiall.

En 1828, lo que se convertiría en la futura Alemania fue una formación de 38 estados que formaron la Confederación Alemana bajo el dominio de Austria. Para ello, era conveniente mantener la fragmentación política alemana porque retrasaba el desarrollo y la economía, aún predominantemente rural.

El escenario comienza a cambiar en 1930, cuando la unión aduanera creó los estados alemanes de Zollverein, bajo el liderazgo de Prusia. El Zollverein permite la expansión industrial y excluye a Austria, que sigue oponiéndose a la unidad nacional.

La unificación alemana tiene como principal motor el fortalecimiento del ejército, que ahora está modernizado por el liderazgo del general Von Moltke. Las fuerzas alemanas se benefician de la unión de la alta burguesía y la aristocracia prusiana, que controlaba el ejército.

La aristocracia prusiana se llama Junker y, a partir de 1862, nombraron a Otto von Bismarck Canciller de Prusia, cuya marca era la defensa de las armas y la guerra para lograr la unidad nacional.

Lea también: Otto von Bismarck.

Guerra del ducado

A partir de 1864, la Guerra del Ducado fue la primera batalla para iniciar el proceso de unificación alemana. Las tropas germánicas se unieron contra Dinamarca, que desde 1815 administraba los ducados de Scheleswig-Holstein por decisión del Congreso de Viena.

En 1863, Dinamarca anexó los territorios, aunque habitados por población alemana, y Bismarck, con el apoyo de Austria, logró recuperar los ducados para Alemania. Aunque aliado de Austria, el canciller alemán utilizó una política preventiva para evitar compensaciones territoriales e hizo una alianza con Francia e Italia.

Guerra austro-prusiana

También conocida como la guerra de las siete semanas, tuvo lugar en 1866 y tuvo a Alemania como ganadora. Entre las consecuencias del conflicto se encontraba la firma del Tratado de Praga y la disolución de la Confederación Alemana.

Los alemanes intentaron anexar los estados del sur de Alemania, pero el emperador francés, Napoleón III, se opuso, amenazó con atacar a Prusia y dejó en claro el temor de ver a Alemania como la mayor potencia europea.

Guerra franco-prusiana

El conflicto se desencadenó en 1870, porque un año antes, Napoleón III vetó la candidatura del príncipe Leopoldo de Hohenzollern al trono español. Prusia declaró la guerra a Francia y ganó. Como resultado, se firmó el Tratado de Frankfurt, que permitió a Alemania anexar las provincias de Alsacia-Lorena, ricas en depósitos de hierro.

Francia también recibió una alta indemnización de guerra, y Alemania también anexó los estados del sur, comenzando el II Reich. El primer Reich se define como el período del Sacro Imperio Romano Germánico, que comenzó en la Edad Media. El tercer Reich está marcado por el ascenso al poder de Adolf Hitler.

Obtenga más información sobre la guerra franco-prusiana.

Consecuencias de la unificación de Alemania

  • Aparición del imperio alemán;
  • Romper el equilibrio europeo vigente desde el Tratado de Versalles;
  • Mayor revanchismo con Francia;
  • Revolución industrial alemana;
  • Rivalidad con Inglaterra en busca de mercados para vender la producción;
  • Promoción del aislamiento de Francia;
  • Aparición de la Triple Alianza (Alemania, Austria e Italia), uno de los polos de la Primera Guerra Mundial.

Lea también: Unificación italiana y ¿Qué es el nacionalismo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *