Written by Hace mucho tiempo, precisamente hace más de cinco mil años, en la India, el Yoga. Su creador, Shiva o Natarája, Rey de los Bailarines, lo generó instintivamente, realizando unos movimientos complejos, pero de intensa belleza. Así surgió, aún sin nombre, esta antigua filosofía de la vida. Posteriormente fue bautizada con el término sánscrito Yôga, que significa unión, ya que vincula cuerpo, mente y emociones.
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Esta técnica lleva a sus practicantes a un estado de intensa relajación, calma psíquica, retraimiento interior, claridad mental y conciencia interior. Al mismo tiempo, contribuye a incrementar la flexibilidad y vigor del organismo físico.
Con el tiempo, Shiva fue preparando a sus discípulos para perpetuar este antiguo arte, que se transmitió fielmente de generación en generación. Hoy en día existen varios tipos de Yôga, que se distinguen entre sí por el énfasis en un atributo u otro.
En la técnica conocida como Asanas, los ejercicios físicos fortalecen el cuerpo, intensifican su movilidad y previenen la incidencia de diversas enfermedades. Se realizan con la conciencia de todo el cuerpo para evitar lesiones. Este método también permite la liberación de puntos tensos, lo que interrumpe el flujo vital.
En Pránáyáma se privilegia la musculatura respiratoria, se ejercita y acondiciona para actuar de la forma más correcta, de modo que pueda absorber mejor el oxígeno. En una etapa posterior, se activa el cuerpo emocional y, de esta forma, aprendemos a trabajar con nuestras emociones, restableciendo la armonía interna. También hay una acción en el transporte de energía, que se mejora.
En Yoganidra el practicante adquiere el hábito de relajar sus músculos y cada punto del cuerpo con conciencia de sus acciones. En ese momento, se le induce a imaginar un color determinado oa mentalizar un lugar tranquilo, un paisaje natural, para que pueda realizar un traslado del tumultuoso día a día a la percepción de otras realidades más serenas.
A través de la Meditación, durante la cual uno permanece quieto y en silencio, inmerso en uno mismo, es posible alcanzar un estado de autoconocimiento, una visión interior de nuestros deseos y motivaciones reales, así como de nuestros verdaderos sentimientos.
El yoga funciona prácticamente en todos nuestros cuerpos, pero lo que realmente lo distingue de otras técnicas es que no solo actúa en la superficie, sino también en todos los órganos y glándulas internas, que son igualmente masajeadas. En el cuerpo, la espalda, el pecho, el aparato digestivo y los pulmones son los más favorecidos por esta técnica. Su ejercicio frecuente aporta al practicante un bienestar, una calidad de vida única.
Fuentes
http://www.portaldeyoga.com.br/oqueyoga.php
http://www.yogasite.com.br/yogasite/yoga.htm
