En la mitología griega, Medusa era una criatura representada por una mujer con serpientes por cabello, colmillos de bronce y alas doradas.
Simbólicamente, Medusa era trágica, solitaria y una mujer incapaz de amar y ser amada. Odiaba a los hombres por ser seducidos y también odiaba a las mujeres, porque no se contentaba con ser una criatura monstruosa.
El mito cuenta que Medusa era sacerdotisa del templo de Atenea (en algunas versiones ya era la criatura mítica, sin embargo, aún no había sido maldita).
Sin embargo, Medusa es asediada amorosamente por Poseidón, el dios de los mares, que se rinde a sus encantos acostándose con él en el templo de la diosa Atenea.
Ante esto, Atenea convierte su cabello en serpientes y su rostro en un semblante horrible capaz de convertir en piedra a todo el que la mira a los ojos.