Fisiología de las tenias – Gusanos planos

El escólex de los gusanos adultos contiene de 50 a 70% de agua, de 18 a 20% de materia orgánica y de 7 a 12% de sustancias minerales. Las proteínas son de 3 a 4 veces menos abundantes que en los vertebrados superiores, pero los carbohidratos se encuentran en cantidades importantes y son la fuente de energía por excelencia para estos organismos que viven anaeróbicamente en el intestino. La nutrición se realiza a través de la membrana celular que recubre todo el tegumento y que ofrece una enorme extensión superficial, gracias a microvellosidades o microtriquias. El tegumento está perfectamente adaptado a las funciones de absorción, con una gran cantidad de mitocondrias. La membrana está recubierta con un glucocáliz y contiene varias enzimas, incluidas fosfatasa, lipasas y ARNasas. Por otro lado, algunas enzimas del huésped (como la tripsina y la quimotripsina) se inactivan en contacto con esta superficie.

La motilidad de las tenias se debe al movimiento de los haces musculares, los movimientos consisten en ondas alternas de contracción y expansión, de intensidad desigual en todo el cuerpo, más intensa en la región del cuello, donde la actividad metabólica, relacionada con el crecimiento, es más intenso. El resultado de las contracciones, que acortan intermitentemente la longitud del estróbilo, es permitirle resistir los movimientos peristálticos del intestino y la corriente líquida de la luz intestinal, que tendería a expulsarlo y asegurar un mejor contacto de la superficie helmíntica con materiales nutritivos.

El crecimiento de cada tenia es con la maduración de sus proglótides, regular y lentamente desde la región del cuello hasta el extremo posterior, donde se encuentran las proglótides preñadas, llenas de huevos. Al final del desarrollo se produce una apólisis, que es la rotura a lo largo de los surcos que marcan los límites entre las proglótides terminales.

Los gusanos viven mucho tiempo en sus anfitriones, con referencias a una supervivencia que podría llegar a los 25 años o más. Las proglótides no tienen orificio para la puesta de huevos y la superficie generada por la ruptura entre las proglótides no cicatriza, no rehace el tegumento, y a través de ellas, los fondos de los sacos uterinos pueden hacer una hernia y romperse hacia el exterior, liberando los huevos. Los huevos de Tenid son morfológicamente similares, de forma esférica y con un embrióforo grueso. El embrión todavía está en el útero, con un embrión hexacanto en su interior que es infeccioso cuando se libera al ambiente externo.

FUENTE:
REY, Luis. Bases de parasitología médico. 3.ed. Río de Janeiro: Guanabara Koogan, 2010.
KASSAI, T. Helmintología veterinaria, Butterworth-Heinemann, una división de Reed Educational & Professional Publishing Ltd., Acribia, SA, 2002
FORTES, E. Veterinary Parasitology, 3a edición, ÍCONE Ltda., 1997.

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