Argumentum ad Temperantiam – llamado a la moderación – Filosofía

La moderación se considera popularmente como el camino hacia la sabiduría. Desde la “mitad” de Aristóteles hasta las cartas bíblicas del apóstol San Pablo podemos encontrar recomendaciones hacia la moderación. Sin embargo, hay casos en los que no es prudente querer estar en el medio. En las discusiones sobre la dictadura nazi en Alemania, si un arguidor afirma que el nazismo fue justo y su oponente toma la posición contraria, señalando las injusticias cometidas por Hitler y sus seguidores, no es coherente decir que ese régimen no fue ni bueno ni malo. , ni prueba que esta afirmación sea más cierta que las otras dos. Asumir este tipo de moderación en una discusión es lo que a menudo se llama Argumentum ad Temperantiam.

O Argumentum ad Temperantiam (argumento o llamar a la moderación, en latín) es una falacia que consiste en afirmar que el término medio, es decir, la moderación entre dos posiciones consideradas extremas, es la mejor solución para una discusión. Sin embargo, se puede ver que este no es siempre el caso en el siguiente ejemplo:

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  • A – El cielo es azul.
  • B – No. ¡El cielo está rojo!
  • C – ¡Amigos, sois muy extremos! ¡El cielo es lila!

Frente a las posiciones contrarias que defienden A y B, C, juzgando ser la solución a la discusión, afirma que el cielo es lila, pues este color es la mezcla entre azul y rojo y, por tanto, es su término medio. En este caso, está claro que A tenía razón y alguien que quisiera señalar la verdad debería apoyarlo señalando la evidencia lógica de que el cielo es azul.

Hay una famosa narración bíblica que encaja perfectamente como otro ejemplo de Argumentum ad Temperantiam. Dos mujeres acudieron al rey Salomón para encontrar una solución al siguiente problema: ambas decían ser la verdadera madre de un niño y estaban peleando por quién debía quedarse con ella. Al rey Salomón se le ocurrió la siguiente solución: dividir al bebé por la mitad. Así, el problema quedaría resuelto, ya que ambos podrían tener el hijo, cada uno de ellos a la mitad. Al final, el niño no se cerró por la mitad, pero esta historia ilustra bien el problema de recurrir imprudentemente a la moderación para resolver un problema: no basta con probar algún tipo de verdad.

Obviamente, cuando se trata de una discusión donde lo que está en juego es una decisión a tomar, defender una posición moderada puede ser un excelente recurso para llegar a una solución que incluya a las partes involucradas, todo tipo de relaciones los seres humanos llegan a un punto en el que esta es necesario. Sin embargo, en los casos en los que lo que está en juego es una verdad, por ejemplo científica, la solución debe tener un carácter matemático, es decir, hay que tomar un lado radicalmente. Por ejemplo:

  • A – Obviamente, 2 + 2 es igual a 4.
  • B – No lo creo. Creo que 2 + 2 = 6.
  • C – No creo que sea bueno ser tan extremo. Ciertamente 2 + 2 = 5.

En este caso, A está claramente en lo cierto y tiene evidencia matemática para ello. B obviamente está equivocado, y un compromiso, como lo propone C, comete el mismo error.

O Argumentum ad Temperantiam es una falacia porque, incluso si el argumentador tiene buenas intenciones para resolver el conflicto, no sirve ni presenta evidencia para probar la verdad. Como tal, cualquier persona que esté dispuesta a defender honestamente una posición debería evitarlo.

Referencias:

ADAM SMITH. Falacias lógicas – Argumentum ad Temperantiam. Disponible: https://youtu.be/eQRbkon7R6Y. Consultado en: 21 de noviembre. 2019.

RELIGIONES WIKI. Argumentum ad Temperantiam. Disponible: https://religions.wiki/index.php/Argumentum_ad_temperantiam. Consultado en: 21 de noviembre. 2019.

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