Auguste Comte, positivismo y escuela

Introducción

cometerNacido en Montpellier, Francia, en el año 1798 y fallecido a los 59 años, víctima de cáncer, Auguste Comte dejó pensamientos profundos en los campos de la sociología, la filosofía, la política, la educación, etc. Dueño de un pensamiento profundamente ligado al mundo de la razón, dedicó su vida al intento de encontrar una forma de reducir las relaciones sociales y la organización de las sociedades a leyes similares a las de las ciencias exactas, permitiendo manipulaciones, predicciones y toma de decisiones. en el sentido de llevar a la sociedad por el camino de la unidad.

Positivismo

Comte fue el padre del positivismo, una corriente filosófica que busca explicar las leyes del mundo social con criterios de las ciencias exactas y biológicas. También fue el gran sistematizador de la sociología, dividiendo la sociología en dos áreas: estática social y dinámica social.

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“En opinión de Comte, la sociedad tiene dos leyes fundamentales: la estática social y la dinámica social. Según la ley de la estática social, el desarrollo solo puede tener lugar si la sociedad se organiza de tal manera que se evite el caos y la confusión. Una vez organizada, sin embargo, puede dar saltos cualitativos, y en eso consiste la dinámica social. Estas dos leyes se resumen en el lema ‘orden y progreso’ ” (VASCONCELOS apud LAGAR et al., 2013, p. 18)

La defensa del positivismo es que solo el conocimiento científico es verdadero, no admitiendo como verdad enunciados vinculados a lo sobrenatural, a la divinidad. Relacionado con el último caso, Comte incluso creó un nuevo orden espiritual, donde la divinidad no sería venerada, solo la humanidad. Su inspiración para originar este nuevo orden espiritual provino de la disciplina y jerarquía católica, pero al mismo tiempo, su concepción estaba totalmente disociada de todas las religiones cristianas. Esta concepción nació del hecho de que consideraba a la humanidad como una entidad unitaria, a la que bautizó como el Gran Ser.

Sus observaciones lo llevaron a definir tres etapas por las que tiende a transitar la sociedad: la teológica, la metafísica y la positiva o científica. La etapa teológica es aquella en la que las explicaciones de fenómenos hasta ahora desconocidos se atribuyen a la divinidad, a lo sobrenatural. La metafísica es la etapa donde el ser humano intenta explicar las cosas a través de los fenómenos naturales, es decir, la naturaleza es autosuficiente para explicar sus propias manifestaciones. Lo Positivo o Científico, en cambio, es el escenario donde las explicaciones, las verdades absolutas, provienen exclusivamente de la ciencia.

Educación, escuela y positivismo

En relación a la educación, la ciencia positiva de Comte no cumplió con los criterios actualmente esperados por los nuevos pensadores en educación, pero esto no conduce al completo olvido, ya que muchos de sus ítems son necesarios para la concepción actual de sociedad, individuo, escuela, de la Educación. .

Si bien la ciencia positiva predice la construcción de conductas altruistas, basadas en la fraternidad entre todos los hombres, la gestión y mejora de sus instituciones se llevaría a cabo exclusivamente por la clase élite científica, que caracterizó un cierto monopolio sobre el poder de controlar el conocimiento que será transmitido a través de estas instituciones a los seres sociales.

A escuela positivista la disciplina se reconoce como una obligación fundamental de la educación. Los positivistas afirman que la infancia es una fase marcada por soluciones teológicas a los problemas y que solo con las inferencias de la enseñanza científica se alcanzará la madurez del individuo. Para ello, en la escuela positivista, los estudios científicos tendrán plena prioridad sobre los estudios literarios y la educación tendrá como principal objetivo promover el altruismo y reprender el egoísmo.

Con los aportes de Comte y su pensamiento empirista, que consideró solo los fenómenos que se podían observar, nombrando como acientíficos aquellos que provenían de los procesos mentales del observador, la educación fue sometida a mediciones, tanto en términos de métodos de enseñanza como de desempeño de los estudiantes.

No se puede negar las contribuciones de Comte a la educación, incluidas las realizadas hoy. Si vivimos en una sociedad marcada por la individualidad, el egoísmo, una escuela y un modelo educativo que priorice el despertar del altruismo en los estudiantes sería muy bienvenido. Además, a pesar de recibir personas fuertemente ligadas a la espiritualidad en su sentido cristiano, tenemos que coincidir en que el espacio escolar es, ante todo, científico, lo que también encaja con los significados de Comte. La escuela, positivista o no, es el espacio ideal para el cuestionamiento, la reflexión, el estudio en profundidad y, en consecuencia, las conclusiones.

Referencias bibliográficas:
LAGAR, Fabiana; SANTANA, Bárbara Beatriz de; DUTRA, Rosimeire. Conocimiento pedagógico para licitaciones públicas. 3. ed. – Brasilia: Gran Cursos, 2013.

FERRARI, Marcio. Augusto Comte, el hombre que quiso dar orden al mundo. Disponible en: http://revistaescola.abril.com.br/historia/pratica-pedagogica/auguste-comte-423321.shtml?page=3#. Consultado: 20 de febrero de 2014.

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