corrosión latín bas corrosio -onis acción de roer

(latín bajo corrosión, -onis, acción de morder)

Degradación de un material bajo la acción del medio ambiente y por un proceso que no sea mecánico.

TÉCNICO

La corrosión de un material metálico es la pérdida en la superficie de parte del mismo, bajo la acción de uno o más agentes agresivos que pueden ser: oxígeno y/o constituyentes del aire ( H2O [humidité]CO2ENTONCES2h2S, niebla salina, etc.), un gas caliente (O2COCO2Cl2etc.), una solución acuosa (salina, ácida o básica), una sal fundida.

El daño directo e indirecto causado por la corrosión es muy significativo. En los países industrializados, el costo de la corrosión representa del 2 al 4% del Producto Nacional Bruto (PNB). Esta es la razón por la cual los estudios de corrosión y los medios de protección contra estos fenómenos se han desarrollado mucho.

Orígenes y factores de la corrosión.

El origen de la corrosión es electroquímico, químico y/o físico.

El primer caso es el más común y el más general. El ataque al material metálico procede entonces de la disolución del metal en los sitios anódicos, bajo el efecto de microcorrientes que se crean entre éstos y los sitios catódicos (microbaterías); estos sitios resultan de la heterogeneidad estructural del material.

La degradación de ciertos materiales metálicos a veces toma otra forma: su fragilización por hidrógeno. Este elemento, que de hecho se forma en sitios catódicos durante el proceso de corrosión, se difunde en el metal, se recombina y reduce su resistencia mecánica.

En un proceso de corrosión electroquímica de un metal M, ocurren al menos dos reacciones simultáneas en su superficie (reacciones redox): en el ánodo, la oxidación transforma el metal M en un catión soluble liberando uno o más electrones; en el cátodo, una reducción de iones H+ captura los electrones liberados:

METRO → METROn+ + n(e); 2 horas+ + 2do → H2.

La corrosión puede detenerse tan pronto como ciertas condiciones eviten que ocurra cualquiera de estas reacciones. Como resultado de estas reacciones, el metal toma, en el electrolito considerado, una potencial de corrosión. Este potencial, al igual que la velocidad de corrosión, depende de factores ligados al metal (composición, estructura de la aleación, estado superficial, tensión interna o externa), factores ligados al medio (composición del medio gaseoso o líquido) y factores físicos ( temperatura, presión, caudal del ambiente).

La alta resistencia a la corrosión de un material metálico puede deberse a su naturaleza química intrínseca (oro, platino) o a la existencia de una fina capa superficial de un óxido (de 20 a 30 Å de espesor) extremadamente protectora: es el caso del titanio , aluminio y aceros inoxidables Fe-Cr-Ni.

Medición de la corrosión

La pareja galvánica

La reactividad de los metales a la corrosión se puede estimar cualitativamente considerando la escala de potencial de corrosión Ebocina (o disolución) metales y aleaciones medidos, por ejemplo, en una solución de NaCl al 3,5% (concentración media de agua de mar).

Cuando dos metales A y B se ponen en contacto y se sumergen en la solución anterior, se forma un “par galvánico A/B”.

El potencial de corrosión

El metal más electronegativo del par sufre corrosión galvánica, el otro por el contrario está protegido. Conociendo el potencial de corrosión de los dos metales involucrados, es posible predecir y apreciar la importancia de la corrosión galvánica de un par A/B, que aumenta con la diferencia entre los potenciales Ebocina de estos dos elementos. En la práctica, esta corrosión se puede evitar, o al menos mitigar, evitando conectar o soldar dos metales cuyos potenciales Ebocina están demasiado separados. El potencial Ebocina de un metal puede variar dependiendo del medio (H2N / A4N / A2CO3NO3k2CRO4etc.).

También es posible evaluar directamente la «tasa de corrosión» de un metal midiendo la pérdida de peso antes y después de la prueba. Esta velocidad se expresa en masa (de metal perdido) por unidad de área y por unidad de tiempo, por ejemplo en g/cm2/d, o en espesor por unidad de tiempo (mm/año).

Medios de protección contra la corrosión de los metales.

La protección contra la corrosión de los metales implica varios enfoques que se utilizan por separado o en conjunto. Los principios generales son:

– elegir el material metálico más adecuado y resistente en el entorno considerado ;

– aislar la superficie metálica del entorno corrosivo medianteaplicación de una capa protectora (metálicos u orgánicos: pintura, material plástico) o por un modificación de la superficie del material (fosfatado, cromado, oxidación);

– actuar sobre el medio ambienteuso de inhibidores de corrosión (orgánico o mineral);

– utilizar métodos eléctricos de imponer una pequeña corriente (anódica o catódica, según corresponda) en el sistema, que previene o disminuye significativamente la tasa de corrosión del metal. En la protección anódica, la corriente crea una película superficial de óxido y hace pasivo el metal a proteger. En la protección catódica, se utiliza un generador, o ánodos de sacrificio solubles, a base de zinc, magnesio y aluminio, para llevar el metal (a proteger) a un potencial en el que no se produce la reacción de disolución.

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