paraíso fiscal –

Mónaco
Mónaco

Un país que brinda beneficios fiscales a los no residentes que invierten capital allí. (Sinónimo: paraíso fiscal.)

Los paraísos fiscales, también llamados paraísos bancarios o centros financieros extraterritoriales, son territorios en los que circulan flujos de capitales en un contexto atractivo por el sistema fiscal -que incluso puede ser casi inexistente para los no residentes- y por el secreto bancario, que les protege de autoridades internacionales.

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Los privilegios de los paraísos fiscales

La mayoría de los Estados conceden exenciones fiscales a los agentes económicos no residentes, es decir, personas físicas, jurídicas o bancarias cuyas actividades se desarrollen fuera de las fronteras de su territorio. Sin embargo, la especificidad de los paraísos fiscales es llevar esta estrategia al extremo para que se convierta en un vector de entrada de divisas y desarrollo económico. Se practica así un dumping fiscal muy rentable, porque las entidades financieras allí establecidas reciben comisiones por todas las transacciones. A estas ventajas extraordinarias se suman las ventajas vinculadas al secreto bancario, el anonimato de los operadores y de las transacciones, así como la virtual ausencia de cooperación en materia fiscal y legal con otros países.

Si los paraísos fiscales representan una vieja realidad, su importancia se ha incrementado recientemente debido a la globalización de la economía, y en particular al proceso de globalización financiera que permite la libre circulación de capitales financieros a nivel global. Al mismo tiempo, el aumento de las tasas obligatorias, es decir, la presión fiscal y parafiscal, en los principales países desarrollados ha llevado a varias personas y empresas a preferir los centros extraterritoriales. Apenas existen datos estadísticos fiables sobre los flujos financieros que pasan por estos territorios. Se estima que podría ser de varios cientos de miles de millones de dólares estadounidenses por año.

Los peligros de los paraísos fiscales

Pérdida de ingresos fiscales

Los paraísos fiscales ejercen una competencia desleal en materia fiscal frente a los principales países desarrollados. Así, algunos centros offshore practican tipos impositivos significativamente más bajos que en estos, o incluso no gravan la renta de los no residentes, es decir, no gravan el impuesto sobre la renta ni sobre sociedades. En consecuencia, promueven la evasión fiscal, lo que penaliza fuertemente los recursos presupuestarios de otros Estados.

Lavado de dinero

Muchos paraísos fiscales practican el reciclaje de fondos provenientes de la corrupción, actividades delictivas y, más particularmente, del narcotráfico. El dinero sucio, obtenido ilegalmente, se “lava” y, por lo tanto, se transforma en ingresos perfectamente legales. Como tal, los paraísos fiscales son una de las estructuras clave para el desarrollo del crimen global. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las sumas en cuestión estarían entre 600 y 1.500 millones de dólares estadounidenses.

Los riesgos de la inestabilidad financiera

La globalización financiera ha convertido a los centros offshore en verdaderos centros financieros, sin que asuman las responsabilidades legítimamente vinculadas a tal estatus. La importancia de los activos financieros en juego, así como su altísima volatilidad, debilitan el equilibrio financiero internacional. Las crisis bursátiles de fines de la década de 1990 en Asia (países emergentes), así como las dificultades experimentadas por algunos países latinoamericanos, pusieron de relieve la necesidad de que las autoridades internacionales, como el FMI, regularan las finanzas globales. Los flujos especulativos de los paraísos fiscales representan, por tanto, un importante factor de riesgo para el equilibrio económico mundial. Como medida defensiva, podemos pensar en la propuesta del economista estadounidense James Tobin, quien abogó por la aplicación de un impuesto a las transacciones de divisas.

Cooperación internacional contra los paraísos fiscales

La globalización de la economía implica la obligación de regular las actividades financieras ya no a nivel nacional, sino a nivel global. Muchos países y varias organizaciones internacionales están uniendo fuerzas contra la regulación insuficiente de los centros extraterritoriales y el lavado de dinero del narcotráfico. Podemos citar a Naciones Unidas, el G7, que reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de los siete países más industrializados del planeta, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea.

Mónaco

Mónaco
Andorra
Andorra
Monrovia
Monrovia

La OCDE ha compilado una lista de paraísos fiscales que no cooperan. Estos son estados o territorios que se niegan a cooperar con la Organización para mejorar la transparencia de sus estructuras tributarias. Estimados en 35 en junio de 2000, los paraísos fiscales no cooperativos enumerados por la OCDE ahora son solo 13:

– en Europa: Andorra, Liechtenstein y Mónaco;

– en África: Liberia;

– en el Caribe: Belice, Panamá y las Islas Vírgenes Británicas;

– en Oceanía: Islas Cook, Islas Marshall, Nauru, Niue, Samoa Occidental y Vanuatu.

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