Inflamación de las valvas del pericardio.
La mayoría de las pericarditis son de origen infeccioso. Sin embargo, algunos pueden indicar una enfermedad sistémica (enfermedad del tejido conectivo de varios órganos) o, a veces, cáncer. Hay tres formas de pericarditis: pericarditis aguda, pericarditis seca y pericarditis constrictiva crónica.
PERICARDITIS AGUDA
Es una inflamación del pericardio seroso que con mayor frecuencia resulta en la aparición de líquido entre sus dos capas, en la cavidad virtual que las separa.
Con frecuencia, no se encuentra la causa. En la pericarditis benigna aguda, se sugiere un mecanismo inmunológico. Las causas conocidas son una infección viral (el derrame entre las dos capas es claro) o microbiano (el derrame es purulento), tuberculosis, cáncer o fiebre reumática.
La pericarditis aguda produce dolor en el pecho que aumenta con la inspiración, asociado con fiebre. En la auscultación, podemos escuchar un ruido muy particular, comparable al susurro de un tejido, puntuado por ruidos cardíacos, llamado fricción pericárdica.
Las pruebas adicionales que confirman el diagnóstico son la electrocardiografía y la ecografía cardíaca.
La evolución de la pericarditis benigna aguda es siempre favorable sin tratamiento, pero las recurrencias son frecuentes. Cuando el líquido bloqueado en el pericardio es demasiado grande, hasta el punto de comprimir el corazón y dificultar el retorno venoso (taponamiento), se realizan punciones. La pericarditis tuberculosa, cancerosa, microbiana, reumática y sistémica requiere un tratamiento específico relacionado con la enfermedad en cuestión.
PERICARDITIS SECA
Es una inflamación del pericardio que tiene los mismos signos clínicos que la pericarditis aguda, pero que no se acompaña de derrame de líquido alguno.
Sigue a una pericarditis benigna aguda o pericarditis viral. La auscultación puede revelar frotamiento pericárdico, pero la ecografía no muestra derrame. La pericarditis seca es a menudo solo la etapa inicial de la pericarditis aguda con derrame.
PERICARDITIS CRÓNICA CONSTRICTIVA
Esta inflamación del pericardio produce un engrosamiento muy importante de los componentes del pericardio, produciendo una verdadera ganga que encierra el corazón y dificulta su llenado. Es una complicación rara de la pericarditis tuberculosa aguda, que puede desarrollarse en unos meses o años.
Por su carácter constrictivo, esta alteración es la causa de signos clínicos similares a los del taponamiento: aumento del volumen hepático, protrusión de las venas yugulares, edema de miembros inferiores. La radiografía de tórax puede mostrar, cada dos veces, un borde opaco correspondiente a la calcificación del pericardio.
El tratamiento es quirúrgico y consiste en una decorticación, un peeling real del pericardio (variante de la pericardectomía), que permite liberar al corazón de la ganga constrictiva que lo rodea. Los resultados suelen ser excelentes. El tratamiento antibiótico temprano de la pericarditis tuberculosa redujo notablemente la frecuencia de pericarditis constrictiva crónica.