LA reacción de estrés agudo, también llamado shock psíquico, estado de crisis, fatiga de combate, o popularmente conocido como «estado de choque”, Es una respuesta no adaptativa a un evento particularmente estresante o un cambio particularmente marcado en la vida de una persona. Por lo general, desaparece en unas pocas horas o unos días.
Aproximadamente el 18% de las víctimas de desastres y cautiverio suelen experimentar esta reacción.
La aparición y la gravedad de la reacción de estrés agudo dependen de factores particulares, como la vulnerabilidad y la capacidad de un individuo para afrontar situaciones difíciles. Así, la misma catástrofe puede resultar mucho más traumatizante para quienes tienen menos habilidades físicas, madurez, experiencia, conocimientos técnicos adecuados y preparación psicológica para afrontar situaciones estresantes.
Los síntomas son variables e implican, en un primer momento, un estado de desconcierto, caracterizado por un relativo estrechamiento del campo de conciencia y problemas para mantener la atención o integrar los estímulos, además de la desorientación. Por tanto, puede haber un desprendimiento del entorno o una agitación con hiperactividad (reacción de escape). La taquicardia, la sudoración intensa y los sofocos pueden acompañar a esta afección. Puede haber amnesia parcial o completa del episodio.
Para el diagnóstico, fue recomendado por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DMS-IV) que es necesario identificar los siguientes signos:
- ¿Cuál es el evento que representa un riesgo o amenaza para la integridad personal o la de sus seres queridos?
- Presencia de al menos tres de los síntomas mencionados anteriormente;
- Revivir de manera persistente el hecho traumático, a través de imágenes recurrentes, pensamientos repetitivos, sueños, alucinaciones, entre otras formas;
- Evitar o huir de los estímulos que recuerdan traumas, ya sean pensamientos, sentimientos, conversaciones, actividades, olores, lugares o personas;
- Síntomas de mayor agitación o ansiedad;
- Sufrimiento clínicamente significativo o deterioro social, profesional u otras áreas importantes como resultado del trauma;
- Duración de la alteración por un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas;
- La alteración no se debe al uso de drogas ni a una afección médica general.
En unos pocos días, esta condición puede resolverse espontáneamente o puede convertirse en un trastorno más grave. Se pueden usar antidepresivos y ansiolíticos para el tratamiento mientras dure el período postraumático. Otras opciones son el asesoramiento y la psicoterapia.
Es importante tratar esta afección cuando no desaparece espontáneamente, ya que puede progresar a trastornos somatomorfos, trastorno disociativo, neurastenia, fobia, síndrome de pánico y síndrome de estrés postraumático.
Fuentes:
http://pt.wikipedia.org/wiki/
http://www.psiqweb.med.br/
http://www.scielo.br/scielo.