Traductor –

LA profesión de traductor requiere que el profesional actúe de forma anónima, siendo siempre fiel a la obra original, con una mente abierta constantemente para recibir conocimientos de otras culturas y tradiciones. Debe ser capaz, especialmente en estos tiempos de globalización, de transmitir elementos culturales de una nación a otra, preservando cada particularidad del texto, eludiendo los riesgos de los modismos famosos, y al mismo tiempo asegurando la comprensión del discurso.

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Foto: Maxx-Studio / Shutterstock.com

Actualmente, la adquisición de uno o más idiomas extranjeros se ha generalizado, pero la globalización también ha permitido la aceleración de la información, que se difunde cada vez más rápidamente por todo el planeta. Este contexto ofrece al traductor un campo de trabajo más amplio, que engloba las traducciones orales, realizadas por el intérprete, y las textuales, de las que son responsables los traductores.

En el ámbito oral hay traducción simultánea, cuando el discurso del hablante se convierte inmediatamente al idioma local, en tiempo real. También hay traducción consecutiva, en la que la versión se intercala con la conferencia, una habilidad que requiere habilidades psíquicas particulares. Los profesionales mejor pagados son los que realizan traducción simultánea, textos técnicos y software. Este ingreso, en promedio, puede llegar a R $ 5.000 mensuales.

Los traductores no siempre son reconocidos como desearían o podrían serlo. Muchos lo consideran un traidor a la obra original, pero, de hecho, el buen profesional es infiel no a los atributos y valor del texto ajeno, sino a su propio potencial, a su mentalidad, a sus emociones personales, ya que esconde su forma de interpretar. ser, la forma de expresarse, su visión del mundo, de revelar el talento del otro, del texto sobre el que trabaja.

Sin embargo, al mismo tiempo conserva algo de su contexto idiomático, su cultura general, su estilo, entre bastidores, o mejor dicho, entre líneas del texto traducido. De esta forma, el traductor permite que la obra reviva y sobreviva dentro de otra cultura.

Este profesional se encuentra actualmente en un callejón sin salida, ya que no es obligatorio estar titulado en Traducción e Intérprete para ser traductor. El Sindicato Nacional de Traductores – Sintra – se ha esforzado por regular la profesión, haciendo obligatoria la formación en cualquier idioma. Las empresas que contratan traductores técnicos, sin embargo, prefieren contratar, por ejemplo, médicos para traducir textos sobre el tema que dominan, en lugar de contratar traductores graduados sin conocimientos de Medicina.

Las graduaciones, sin embargo, han intentado adaptarse a las nuevas demandas del mercado. También es fundamental tener un buen dominio de la lengua materna, detalle imprescindible del que carecen muchas traducciones recientes.

El traductor tiene en sus manos el poder de acercar el conocimiento de una cultura extranjera a quienes solo tienen la posibilidad de viajar a tierras extranjeras a través de su imaginación, que le brinda la traducción del trabajo original, a la que muchos lectores no tendrían acceso . Para ello, es fundamental que el traductor respete la creación ajena y permanezca al margen del proceso, permitiendo así que se manifieste el estilo del autor, no el propio.

Fuentes
http://www.tradutores.com/tradutor/index.php/tag/a-profissao/
http://www1.folha.uol.com.br/folha/educacao/ult305u8890.shtml

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