Ballet en 4 actos; musica por Chaikovski ; folleto de Vicepresidente Begichev y Vasily Gueltzer ; coreografía de Marius Petipa y lev ivanov.
Ballet mítico si lo hay, Lago de los Cisnes es el símbolo mismo del sueño romántico y su acto II, mostrando el desfile de veinticuatro bailarinas en tutú blanco ondulando como cisnes, es quizás lo más poético que ofrece la danza clásica. Majestuosa, patética o alegre, la partitura nos lleva, como los héroes, a través de todos los estados psicológicos. Su riqueza sonora es tal que puedes escucharlo como una sinfonía.
El ballet se estrenó en el Teatro Bolshoi de Moscú el 4 de marzo de 1877, con la coreografía de un tal Wenzel Reisinger (1828-1893). Su fracaso desconcertó a Marius Petipa, quien declaró: «Me era imposible admitir que la música de Tchaikovsky era mala». Entonces decidió tomar el destino de la obra en sus propias manos. Presentada en 1895 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, la versión que dirigió -en colaboración con Lev Ivanov- se propuso conquistar el mundo, donde aún perdura su reinado. Lago de los Cisnes sigue siendo uno de los ejemplos más logrados de una comunión total de espíritu entre dos artistas excepcionales, uno músico y el otro coreógrafo.