Angevins –

Nombre de dos dinastías principescas de las familias reales francesas de los Capetos directos y los Valois: la primera deriva de Carlos, Conde de Anjou y Conde de Provenza, hermano menor de San Luis; el segundo, de Luis, duque de Anjou, hermano de Carlos V.

El destino histórico de estas dos dinastías es notable tanto por la amplitud de sus ambiciones mediterráneas como por su fracaso final; su historia da fe de la influencia y el poder de la monarquía francesa, así como de la influencia del espejismo italiano en la política francesa al final de la Edad Media.

¿Eres estudiante, profesor o academia?

DATE DE ALTA EN NUESTRA RED SOCIAL!, Grupos de estudio, apuntes, escribe en tu propio blog, añadir tu academia o dar clases particulares y Aprende!!!.

Abrir un perfil

Es para el prestigio de San Luis que Carlos, su hermano, haya sido elegido por el Papa para ser el instrumento del partido Guelph contra los gibelinos de Italia. Los descendientes de Federico II, emperador y rey ​​de Sicilia, intentan continuar su política de unificar la península contra el papa; llamado por este último, Carlos fue coronado rey de Sicilia en 1266; al frente de un ejército francés, derrotó en Benevento a Manfredo, hijo de Federico II, y conquistó el sur de Italia y Sicilia. Todo le sucedió y, en 1277, heredó la Morea y el título de rey de Jerusalén. Pero, en 1282, las “Vísperas sicilianas” y la conquista de Sicilia por el rey de Aragón pusieron fin a las ambiciones de Carlos. Su hijo Carlos II debe finalmente aceptar el hecho consumado. Sus hijos, sin embargo, tienen una situación próspera: el mayor, Carlos, se convierte en rey de Hungría (Carlos II se había casado con la heredera del reino de Hungría); Robert es rey de Nápoles; sus dos últimos hijos reinan en Morea, dando a luz a las ramas angevinas de Tarento y Durazzo. Pero estos éxitos tienen sus reveses: a la muerte de Robert, su nieta Jeanne ID es su única heredera directa, lo que desencadena una crisis dinástica: los angevinos de Hungría se oponen a los de Durazzo. El cisma agrava el conflicto: apoyado por el papa romano Urbano VI, Carlos III Durazzo se apodera de Nápoles. Pero el papa francés Clemente VII lo encuentra rival, Luis, duque de Anjou, hermano de Carlos V. Adoptado por Juana ID, se propone conquistar su reino; fracasó, al igual que sus sucesores, Luis II y el famoso rey René. El Durazzo mantuvo el reino hasta la muerte de Juana II en 1435.

Se abre entonces una nueva crisis de sucesión: el heredero reconocido por Joan, René d’Anjou es retirado definitivamente de Nápoles por Alfonso de Aragón en 1442: Sicilia y Nápoles se reencuentran de la misma mano, ajenas a Italia, como en tiempos de Federico Una nueva sucesión Entonces se abre la crisis: el heredero reconocido por Joan, René d’Anjou es retirado definitivamente de Nápoles por Alfonso de Aragón en 1442: Sicilia y Nápoles se reúnen en la misma mano, ajenas a Italia, como en tiempos de Federico II. René se retiró a la Provenza, donde llevó una vida cortesana brillante y suntuosa hasta su muerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *