Ataque al World Trade Center y guerra contra el terrorismo (11 de septiembre)

Desde pequeños crecimos con la idea de que Estados Unidos es la mayor potencia del mundo y, en cierto modo, esto es cierto, ya que pasamos la mayor parte del tiempo escuchándolo o leyendo sobre él en libros, revistas, periódicos y televisión.

Todo este poder dicta prácticamente reglas y tendencias que todo el mundo absorbe.

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Nuestra ilusión de que Estados Unidos es una nación fuerte lista para cualquier ocasión terminó ese día. 11 de septiembre de 2001, cuando los terroristas eludieron la seguridad estadounidense y protagonizaron el mayor ataque que jamás haya sufrido el país.

En total, hubo 4 aviones: dos se estrellaron contra las torres del World Trade Center (Fueron considerados dos de los edificios más grandes del mundo, 110 pisos, y un símbolo del poder estadounidense), otro avión golpeó el Pentágono y un cuarto avión no alcanzó el objetivo, ya que fue derribado y se estrelló en Pensilvania. Se estima que en el momento de la tragedia unas 10.000 personas se encontraban en el World Trade Center.

Los ataques fueron planeados por la organización terrorista al Qaeda, dirigido por Osama bin Laden, considerado el enemigo número 1 de los estadounidenses.

Esta no es la primera vez que el edificio es blanco de un ataque. En 1993, un camión que contenía explosivos fue detonado, hiriendo y matando a varias personas.

El ataque conmocionó al mundo, que se detuvo frente a sus televisores para ver las tristes escenas.

Rebelde e indignado, el presidente estadounidense – George W. Bush – comenzó el suyo campaña contra el terrorismo.

Días después, con el apoyo de varios países como Canadá y Australia, Estados Unidos bombardeó Afganistán (un país que apoyaba y albergaba a los terroristas de Al Qaeda).

Pero a medida que pasaba el tiempo, Bush no se contentaba con atacar a Afganistán solo. Para él, Irán, Irak y Corea del Norte fueron parte de la llamada eje del mal, es decir, en sus discursos, Bush afirmó que estos países tenían armas de destrucción masiva, además de propagar el terrorismo.

Con este discurso y algunas “pruebas” (que aún hoy se cuestionan), Bush logró invadir y bombardear Irak. Tu objetivo era arrestar Saddam Hussein (ex presidente de Irak que en 1990 entró en conflicto con Estados Unidos en la llamada Guerra del Golfo). Después de una larga resistencia, Saddam fue capturado y asesinado, pero la muerte de este ex dictador iraquí no significa el fin del terror y las amenazas.

El 11 de septiembre preocupó no solo a Estados Unidos, sino también a todas las demás potencias mundiales. Después de la tragedia estadounidense, varios países estaban al acecho de posibles ataques terroristas.

Hoy, 6 años después, el gobierno de EE. UU. Sigue amenazado. De vez en cuando aparece Osama Bin Laden dando discursos y amenazando la seguridad estadounidense, por eso los estadounidenses viven en la cuerda floja, siempre temerosos de nuevos ataques. Se ha redoblado la seguridad y hoy es más difícil viajar allí.

El lugar de la tragedia se convirtió en un centro turístico. La gente deja flores, reza y espera que el país no sea blanco de otro ataque.

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