Conciencia – Psicología –

La palabra ‘conciencia‘está relacionado con varios conceptos y campos de conocimiento. Hay varios fenómenos cotidianos que asociamos con esta noción, y no es tan sencillo llegar a una definición que los explique todos. Algunas características de lo que hoy se llama «conciencia» han sido abordadas antes por muchos otros conceptos, como personalidad, alma, mente y yo.

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Imagen: vitstudio / Shutterstock.com

La comprensión común de la conciencia está más relacionada con la Psicología, que la entiende como una conciencia de fenómenos externos y estados y procesos mentales que lleva a cabo un organismo. Es el estado en el que uno está consciente, es decir, despierto y consciente de lo que está sucediendo, sin dormir ni desmayarse. En Filosofía de la Mente, sin embargo, el uso de esta palabra está relacionado con el estudio y explicación de la posibilidad de tener experiencias conscientes.

Cuando René Descartes propuso la distinción entre el cuerpo y el mente, en tus Meditaciones sobre la primera filosofía (1641), inició una discusión metafísica sobre la naturaleza de los fenómenos mentales. Si bien la fenomenología indica que los aspectos de la mente se perciben de manera diferente a cómo percibimos el cuerpo, sabemos, por otro lado, que solo hay mente cuando hay un cerebro que funciona correctamente.

Recientemente, motivados en gran parte como respuesta al conductismo, han surgido nuevas respuestas al estudio de la conciencia. Estos estudios, desarrollados por las ciencias cognitivas (especialmente la neurociencia, la psicología y la filosofía) consisten en investigaciones en la intersección entre lo que sabemos sobre el mundo físico (o natural) y los fenómenos de la conciencia. Las nuevas formas de explicación se pueden dividir en dos campos principales: perspectivas reduccionistas son las que reclaman una identificación entre procesos mentales y procesos cerebrales, mientras que las propuestas no reduccionistas presentar críticas o revisiones a esta posición.

Explicar cómo funciona el cerebro o identificar sus funciones y relaciones con otros órganos del cuerpo todavía plantea algunas dificultades. La conciencia, por otro lado, como un elemento constante en toda la experiencia humana, sigue siendo un gran misterio y no se puede explicar simplemente. Esta explicación, hoy, está más relacionada con el enfoque científico que con la especulación filosófica. Podemos ver esto en lo que el famoso filósofo David Chalmers (1995) llamó los problemas fáciles y los problemas difíciles con la conciencia. Tú fácil son aquellos para los que hay pocas dudas de que pueden ser explicados por estudios científicos, mientras que los difíciles son aquellos que se resisten a tal explicación.

«Es innegable que algunos organismos son sujetos de experiencia. Pero la cuestión de cómo estos sistemas son sujetos de experiencia es sorprendente. ¿Por qué cuando nuestros sistemas cognitivos participan en el procesamiento de información visual y audible, tenemos experiencias visuales y audibles: la cualidad de un azul muy oscuro, el sentido de C central [C4]? ¿Cómo podemos explicar por qué existe algo como ser entretenido por una imagen mental o experimentar una emoción? Está ampliamente aceptado que las experiencias surgen de bases físicas, pero no tenemos una buena explicación de por qué y cómo surgen. ¿Y por qué el procesamiento físico debería proporcionar una vida interior más rica? No parece objetivamente razonable que debería, pero aún lo es.”(CHALMERS, 2010, p. 5, nuestra traducción)

Explicar el comportamiento deliberativo, el procesamiento mental de la información y los cálculos, y lo que sucede durante el sueño, son problemas fáciles. Nuestro cerebro es parte del mundo físico (o material) y se puede estudiar de muchas maneras, pero las experiencias de las que nos damos cuenta son tan variadas y complejas que no podemos describir completamente el carácter cualitativo de estas experiencias:

«De alguna manera tenemos que acomodar el hecho obvio de que cuando tenemos un dolor de cabeza, estamos sujetos a una especie de experiencia consciente, una experiencia con ciertas cualidades especiales perceptibles. Los filósofos a menudo se refieren a estas cualidades como qualia. […] [C]características cualitativas de nuestra vida mental consciente a las que recurrimos cuando contemplamos lo que se siente tener dolor, ver el amanecer en Uluru o morder un chile jalapeño. » (HEIL, 2013, p. 164, énfasis del autor, nuestra traducción)

Las teorías que explican la naturaleza de la mente y los fenómenos mentales conscientes se pueden dividir en fisicalistas (o materialistas) y dualistas. Las teorías fisicalistas tienden a ser reduccionistas, asumiendo que los estados mentales son idénticos a los estados cerebrales o que estos pueden explicar su funcionamiento. El dualismo aporta un enfoque diferente, ya que se podría explicar que los estados mentales son tales que surgen o están constituidos por el cerebro, sin que se pueda proponer una reducción de un estado mental a estados cerebrales.

Referencias bibliográficas:

CHALMERS, David. El carácter de la conciencia. Nueva York: Oxford University Press, 2010.

CHURCHLAND, Paul M. Materia y conciencia: una introducción contemporánea a la filosofía de la mente, traducida por Maria Clara Cescato. São Paulo: Editora UNESP, 2004.

HEIL, John. Filosofía de la mente: una introducción contemporánea, 3ª ed. Nueva York: Routledge, 2013. (Introducciones contemporáneas a la filosofía de Routledge)

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