Written by LA enfermedad de Crohn es una inflamación crónica del tracto gastrointestinal. Afecta predominantemente la región inferior del intestino delgado (íleon) y el intestino grueso (colon), pero puede afectar cualquier región del tracto gastrointestinal.
La etiología de esta enfermedad queda por dilucidar. Las investigaciones han tratado de relacionar factores ambientales, alimentos o infecciones como responsables de la enfermedad, sin embargo, se observó que los fumadores tienen de 2 a 4 veces más probabilidades de padecerla y que ciertas particularidades de la flora intestinal y el sistema inmunológico pueden estar relacionadas. La información disponible actualmente sugiere la influencia de otros factores ambientales y factores genéticos. Las personas que tienen familiares de primer grado con la enfermedad tienen unas 25 veces más probabilidades de manifestar también esta afección.
Suelen aparecer entre los 20 y los 30 años, pero también pueden presentarse en bebés o comenzar en la vejez. En las regiones afectadas aparecen granulomas y procesos inflamatorios, intercalados, de forma bien definida, por otras regiones sanas. La enfermedad progresa con algunos periodos sintomáticos interrumpidos por asintomáticos.
Los síntomas más frecuentes son: diarrea, dolor en la región abdominal, náuseas y vómitos acompañados de fiebre moderada, sensación de distensión abdominal agravada durante las comidas, pérdida de peso, malestar general y cansancio. Junto con las heces, se puede eliminar sangre, moco o pus. Con el tiempo, cuando la enfermedad no se trata, pueden surgir complicaciones como la formación de abscesos en la región abdominal, obstrucciones abdominales causadas por regiones de estenosis intestinal. La desnutrición y los cálculos biliares pueden aparecer como consecuencia de la mala absorción de determinadas sustancias. Otras complicaciones menos frecuentes son las neoplasias intestinales y el sangrado del tracto digestivo.
Algunos pacientes pueden presentar signos clínicos en otros sistemas corporales, como inflamación ocular, manifestaciones cutáneas, inflamación articular e inflamación de los vasos sanguíneos.
El diagnóstico se realiza con base en la historia del paciente y el examen clínico realizado por el médico, y la confirmación se realiza mediante pruebas de imagen, como radiografías de contraste de intestino delgado, que muestran ulceraciones, estenosis y fístulas características. Sin embargo, la mejor forma de confirmación es la colonoscopia, en la que se introduce una cámara a través del recto del paciente, filmando la parte interna del intestino. Los análisis de sangre, ASCA y p-ANCA, pueden utilizarse en el diagnóstico de esta enfermedad, sin embargo, no son confirmatorios y son limitados por su alto costo. Las tomografías computarizadas también son útiles, al igual que las biopsias.
El tratamiento se realiza según cada caso, en función de las manifestaciones clínicas de cada paciente. No existe cura, el tratamiento solo tiene como objetivo controlar los síntomas. Se puede realizar con medicamentos (como aminosalicilatos y corticosteroides), suplementos nutricionales, cirugía o una combinación de los tres.
Ciertos pacientes padecen intolerancia a determinados alimentos, habitualmente lactosa, comida picante, alcohol, café, legumbres y especias, por lo que la dieta debe ser individualizada. Además del control de la dieta, existen ciertos medicamentos que pueden usarse para controlar la diarrea con relativo éxito.
Fuentes:
http://pt.wikipedia.org/wiki/Enfermedad de Crohn
http://www.abcdasaude.com.br/artigo.php?152
http://www.gastronet.com.br/doenca_de_crohn.htm
http://www.abcd.org.br/crohn.asp
