Garganta del diablo – Leyendas y mitos

LA Garganta del diablo es la cascada más abundante que fluye desde las Cataratas del Iguazú, un complejo que tiene 275 vertientes acuáticas y una altura que alcanza los 70 metros, distribuidos alrededor de 2,7 km desde el río Iguazú. Su forma inicial es una ‘U’ al revés, de 150 metros de ancho y 80 metros de alto.

Estas cascadas están ubicadas en el corazón del Parque Nacional Iguaçu, en Paraná, en la región sur de Brasil; están delimitados por el Parque Nacional Iguazú, ubicado en Misiones, Argentina. Hay varias historias legendarias y místicas sobre esta región. Las principales se refieren a la tribu de nativos Caingangues y a grupos que creen en la existencia de una civilización espiritual avanzada en las profundidades de la tierra.

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Los indígenas, cuya casa estaba a orillas del río Iguazú, alimentaron la profunda convicción de que el Planeta estaba gobernado por una deidad cruel, que tenía forma de serpiente y era hija de Tupã. Su nombre era Mboi; a este dios se le ofreció la hija del líder de la tribu, Naipi, quien tenía una belleza más allá de cualquier imaginación. Hasta las aguas del río la envidiaban.

Sin embargo, cierta guerrera de los caingangues, de nombre Tarobá, se enamoró de ella y, el día que debía comenzar su misión con el dios, en medio de las festividades, durante las cuales el chamán y los comandantes de la tribu consumían el tradicional cauim, líquido extraído del maíz fermentado, y los indígenas bailaron, los dos enamorados se fueron en un bote por el río, impulsados ​​por la fuerza de las aguas.

Cuando se difundió la noticia, la divinidad tuvo un ataque de cólera y se sumergió en la esencia de la tierra, haciendo girar su organismo y abriendo así un vasto cráter en el subsuelo que desembocó en la inmensa catarata. Tarobá y Naipi fueron rodeados por aguas furiosas y colapsaron en este abismo por toda la eternidad.

La joven se convirtió en una de las principales piedras que tejen las cataratas, siendo incesantemente afectada por el desafío del agua. El niño fue transmutado en una palmera en el borde de la ladera, siempre inclinado sobre la Garganta del Diablo, llamada así porque es la puerta de la cueva en la que el dios impulsado por la venganza permanece y guarda su presa hasta el día de hoy.

Los místicos argumentan que la creencia en mundos ocultos bajo la tierra puebla las leyendas de la mayoría de las tribus de nativos brasileños. Uno de estos universos sería Agartha, una dimensión a la que se abrirían varias puertas en diferentes partes del Planeta; uno de estos portales estaría escondido precisamente en las Cataratas, a las que llamaron Fonte da Neblina Criativa.

Creen que el nombre Garganta do Diabo es muy malo, sobre todo cuando se trata del lugar que da acceso no solo a una civilización avanzada, sino también a otras esferas, distintas a la que conocemos y habitamos. Esta puerta a otros mundos está entretejida por grandes cristales, de los cuales irradian luces de alta intensidad, vistas solo por unos pocos turistas que se aventuran en esta región.

Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Garth_Deepthroat
http://www.cataratasdoiguacu.com.br/lenda.asp
http://nossamestria.com.br/

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