Internalización – concepto en sociología, ejemplos

Internalización, para la sociología y las humanidades en general, se refiere al movimiento donde el individuo toma para sí mismo los estándares sociales, es decir, incorpora las normas de acción, creencias y comportamientos establecidos por otros individuos en una dinámica de socialización. La internalización es simultánea, entonces, a los procesos de socialización, lo que ya deja fuera una separación rígida a menudo establecida entre individuo y sociedad como un falso problema: el desarrollo de la personalidad individual solo es posible en un contexto social, ya que se basa en patrones y criterios. que ya están disponibles en los esquemas culturales establecidos y dentro de las normas sociales de convivencia en grupo que podamos desarrollar nuestra propia personalidad. Si es cierto que la mente y la individualidad son atributos de cada uno de nosotros, nuestra propia existencia solo tiene sentido en una sociedad en la que nos entendemos como iguales ante nuestros semejantes.

Entender cómo nos apropiamos de estos contenidos producidos en la sociedad es, entonces, entender cómo se dan los procesos de interacción entre las personas y cómo se adquiere el conocimiento. En nuestras prácticas diarias, siempre que actuamos o hablamos con alguien, movilizamos una serie de normas sociales, estándares culturales y reglas de interacción personal que no son creadas por nuestra propia voluntad; ya actúan de manera asumida (aunque no seamos conscientes de ello), funcionando como un acervo de normas, conocimientos y estándares producidos por la propia sociedad en su desarrollo histórico y que están disponibles para nosotros como seres que existen en un determinado contexto . Es, entonces, por la propia dinámica de nuestras interacciones y los resultados y productos de estas dinámicas que se establecen los estándares que se individualizarán a través de la apropiación y que, al mismo tiempo, servirán de base para la reproducción de los contenidos simbólicos de la sociedad.

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Pero, ¿cómo podemos verificar la eficiencia, es decir, qué tan bien funcionan estos procesos de internalización? Para ello, es necesario introducir una noción de etapas: si en un primer momento de vida, el bebé opera una internalización no reflexiva, es decir, de manera involuntaria, con el desarrollo de la personalidad el individuo comienza a examinar y comprender el valor. de un estándar. Cuando está de acuerdo con la validez de esta regla, se internaliza completamente, es decir, toma la regla ya no como externa, sino como parte de su propio punto de vista. La relación entre el desarrollo de las estructuras psicológicas individuales y la capacidad de acción moral es ampliamente estudiada por la psicología social y del desarrollo desde un punto de vista empírico. Sin embargo, el desarrollo moral es un tema transversal, que termina sirviendo de base a cualquier teoría que busque explicar la conducta, acciones y comportamientos de los individuos en la sociedad.

La interiorización que interesa, por tanto, es la que permite al sujeto desarrollar sus fases menos reflexivas y conscientes hacia su forma madura, más reflexiva y guiada por los principios morales, sociales y culturales adquiridos en el proceso de socialización. Y es el estado de madurez moral e intelectual del sujeto lo que le permitirá decidir, ahora, conscientemente, qué normas, reglas y pautas de conducta son compatibles con una sociedad democrática e inclusiva y con una individualidad crítica y autónoma.

Fuentes:

Vygotsy, Lev. La formación social de la mente: el desarrollo de procesos psicológicos superiores. São Paulo: Editora Martins Fontes, 1991.

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