Laberintitis –

LA laberintitis es una laberintopatía de origen infeccioso, que llega al laberinto. El laberinto también se llama oído interno y es el órgano responsable de la audición y el equilibrio. Está ubicado en el cráneo, incrustado en un hueso llamado temporal.

El laberinto está formado por la cóclea y el vestíbulo. La cóclea, encargada de la audición, se ubica en la parte anterior del laberinto. La parte superior del laberinto, responsable del equilibrio, está formada por tres canales semicirculares (estando el vestíbulo situado en el centro). El conjunto de órganos que forman el oído interno se denomina aparato vestibular.

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Además del laberinto, otros sensores de equilibrio son: piel, ojos, articulaciones y músculos.

Las causas de la laberintitis pueden ser:
– Infecciones por virus.
– Infecciones bacterianas
– Estrés
– Problemas con el flujo sanguíneo en el laberinto.
– Herencia
– alergias
– Heridas en la cabeza.
– Reacción a ciertos medicamentos.

Los síntomas provocados por la laberintitis son: mareos, acúfenos, desequilibrio, vértigo, movimientos oculares involuntarios, oídos tapados, náuseas, ansiedad crónica y malestar. Es común, incluso, la pérdida de audición en el oído afectado, ataque de pánico, depresión y palpitaciones.

El tratamiento se realiza en tres etapas. En la primera etapa, los síntomas se tratan con medicamentos sedantes, principalmente para aliviar los mareos.

Luego se investiga qué causó la laberintitis. Una vez descubierto el agente causal de la enfermedad, se deriva al paciente al otorrinolaringólogo u otro especialista, según sea el caso.

Por último, existe un tratamiento rehabilitador del mareo, que en casos de laberintitis aguda puede continuar por periodos que van de 1 a 6 semanas y puede durar, en algunos casos, incluso meses o años.

El laberinto es más común en los ancianos, pero también afecta a niños y jóvenes.

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