Las transformaciones químicas ocurren todo el tiempo a nuestro alrededor, por ejemplo, es muy común notar que materiales metálicos como rejas, portones, clavos, entre otros, al ser expuestos al ambiente, terminan deteriorándose. Y esto se debe al contacto del elemento químico hierro (Fe) con los átomos de oxígeno (O) presentes en el aire y el agua atmosféricos. También podemos notar que en las regiones costeras estos materiales sufren aún más daños por la presencia de sales y mayor humedad.
Este fenómeno se conoce como oxido y ocurre debido a una reacción de oxidación-reducción. Pero, ¿qué es una reacción de oxidación-reducción? Este tipo de reacción ocurre cuando se transfieren electrones entre los átomos involucrados. Y en este caso se reduce la sustancia que recibe electrones y por tanto es el oxidante; y quien pierde electrones se oxida y es el agente reductor. Y debemos recordar siempre que un proceso no ocurre sin el otro, es decir, son dependientes.
En el caso de la herrumbre, el que oxida (agente reductor) es el hierro y esto ocurre de acuerdo con las siguientes reacciones:
- Fe (s) → Fe2+ + 2e– (oxidación de hierro)
- O2 + 2HdosO + 4e– → 4OH– (reducción de oxígeno)
- 2Fe + O2 + 2HdosO → 2Fe (OH)dos (ecuación general)
En la primera reacción tenemos la oxidación del hierro, luego la reducción del oxígeno. Luego se muestra la ecuación o reacción global.
Sin embargo, existen formas muy prácticas de evitar que los materiales de hierro sean atacados, una de ellas es evitar el contacto del agua y el aire con el metal mediante la impermeabilización con pintura o aceite.
Otra forma de proteger el hierro contra los “agentes oxidantes” y que es muy utilizada en la industria en general es la galvanización. Este proceso consiste en agregar capas protectoras de metales en general, no solo de hierro, para protección y con fines estéticos. El galvanizado se puede dividir en: cromado (adición de una capa de cromo), dorado (adición de una capa de oro), galvanizado (adición de una capa de zinc), entre otros.