Written by A Arquímedes se le atribuye haber poseído un primitivo planetario con el que podría predecir el movimiento del Sol, la Luna y los planetas. El planetario moderno nació en 1920, cuando fue inventado por el Dr. Walther Bauersfeld y construido por Carl Zeiss para el museo de ciencias de Múnich. En 1930, comenzaron a aparecer planetarios en las principales ciudades del mundo.
Un planetario es un dispositivo de proyección diseñado para recrear la apariencia de planetas y estrellas (cielo artificial). Este dispositivo nos permite ver la proyección del firmamento en la bóveda. Generalmente, se tiende a pensar en los planetarios como instrumentos que reproducen la posición y el movimiento de los objetos celestes. Sin embargo, el planetario es una infraestructura que abre varias posibilidades, que dependen de su uso particular.
Planetario. Foto: Pavel Gabzdyl / Shutterstock.com
Si bien la palabra planetario hace referencia al aparato de proyección, hoy se refiere al recinto en el que, con sofisticados sistemas de proyección óptica, sonido ambiental y sistemas de movimiento mecánico, es posible representar la imagen del cielo nocturno desde cualquier latitud de la Tierra y en cualquier momento, pudiendo mostrar el cielo de hace miles de años, del presente y del futuro, siendo también posible la aceleración de los movimientos para ofrecer rápidamente una vista de un fenómeno celeste específico.
El proyector del planetario se encuentra en el centro de la bóveda o en un techo cilíndrico inclinado. El sistema clásico fue la bóveda, que da la sensación de mirar la bóveda celeste. Posteriormente, comenzaron a construir planetarios con techo cilíndrico, que también les permiten simular que alguien está flotando en el espacio. Por lo general, alrededor de los terrenos de proyección, hay galerías de exposiciones sobre ciencia y astronomía en particular.
A partir de 1990, la tecnología permitió el desarrollo de planetarios portátiles, con la misma calidad que los grandes. Pero con la posibilidad de instalarse en establecimientos educativos ofreciendo ventajas, no solo en el aspecto económico, ya que se eliminan los costos de un viaje a un planetario fijo, así como la reducción de riesgos al no tener que salir de las escuelas, un hecho que genera tranquilidad para padres y profesores.
Un planetario es un puente entre aquellos que hacen los descubrimientos más importantes de nuestros días y la persona promedio que piensa que esto está lejos de su comprensión, un vínculo entre la emoción y el misterio de la astronomía moderna y el cielo cotidiano sobre nuestras cabezas.
