Política de los Gobernadores – Historia

LA política de los gobernadores consistió en el apoyo mutuo entre los gobiernos federal y estatal durante la fase oligárquica de la Primera República. En cierto modo, este apoyo a los gobiernos estatales ya se venía dando tácitamente desde el Imperio, pero en el gobierno presidencial de Campos Sales (1898 – 1902) se institucionalizó esta práctica. La característica de «estatismo” fue adoptado en un momento en que el régimen presidencial estaba debilitado por una serie de conflictos políticos. Así, buscamos adoptar una forma de apoyo al gobierno federal sin imponer actores federales a los gobiernos estatales.

Los dos primeros presidentes de la República fueron militares, los Mariscales Deodoro da Fonseca y Floriano Peixoto, y el período que gobernaron se denominó República da Espada (1889-1894). Durante este período, el alineamiento de los gobiernos estatales con el gobierno federal se llevó a cabo en ocasiones a través de intervenciones en los estados. Los presidentes de los estados que no adhirieron a la línea política adoptada por el gobierno federal fueron exonerados y reemplazados por interventores. La actuación del ejército nacional fue fundamental para poner en práctica el intervencionismo en los Estados, pues si había resistencia por parte de la agrupación política exonerada, se activaban las fuerzas militares para garantizar la efectividad del gobierno intervencionista.

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Con el surgimiento del primer gobierno civil del país, bajo la presidencia de Prudente de Morais, la relación con el Ejército cambió y se restableció la autonomía estatal. El período presidencial de Prudente de Morais (1894 – 1898) fue impactado por la actividad del jacobinismo florianista, partidarios del mariscal Floriano Peixoto que querían el regreso de los militares al poder. El colmo de la oposición a este gobierno fue el ataque al mariscal Bittencourt.

El 4 de marzo de 1897, Prudente de Morais recibió en Río de Janeiro al Mariscal Bittencourt, entonces Ministro de Guerra, que había regresado de la Guerra de Canudos, cuando fue golpeado por un golpe de estado del militar florianista Marcelino Bispo. El mariscal Bittencourt, para salvaguardar al presidente de la República, inmovilizó al soldado, pero éste recibió un golpe de espada y murió. A raíz de este episodio, Prudente de Morais solicitó al Congreso reformar la Constitución, restituyendo la posibilidad de intervención federal en caso de levantamientos de opositores en los estados. Sin embargo, el Congreso rechazó esta solicitud del entonces Presidente de la República.

Campos Sales, sucesor de Prudente de Morais en la presidencia del país, instituyó la política de los gobernadores como una forma de evitar los disturbios generados por los opositores y resolver las disensiones entre los gobiernos estatal y federal. La reciprocidad entre estas esferas de poder garantizaría el mantenimiento de las élites locales en los puestos de mando y facilitaría el ejercicio del mandato presidencial. Para salvaguardar la dinámica adoptada por la política de los gobernadores, las elecciones fueron amañadas de diversas formas, forjando victorias electorales para candidatos de las oligarquías vinculadas al gobierno federal.

Las elecciones eran dirigidas por Juntas Electorales que nombraban la mesa electoral y contaban los votos. Los registros de votación se manipulaban habitualmente falsificando las firmas de los votantes ausentes o muertos; esta práctica se conoció como votos de pluma y tinta. E incluso si el candidato de la oposición ganara las elecciones, se le podría negar la posesión del cargo. Los candidatos de oposición, por lo general, no eran graduados por la Comisión de Verificación de Poderes que se encargaba de juramentarlos, este procedimiento común en la época se denominaba depuración o deguilla.

El fraude electoral permitió la perpetuación de gobiernos de “coroneles” a nivel local. Estos “coroneles” no tenían grado militar, a pesar de que comúnmente se les llamaba así por el dominio local que ejercían. Los “coroneles” mediaban en la distribución de recursos básicos a los ciudadanos, como el acceso a la atención médica, educación, agua, entre otros bienes y servicios esenciales para la existencia. Así, los “coroneles” fueron reconocidos como benefactores en las regiones donde trabajaron.

La búsqueda de apoyo por parte de los ciudadanos no solo se dio a través de prácticas paternalistas, sino también a través de la coerción. Los “coroneles” impusieron el voto de los candidatos, apoyados por ellos, a los agregados que vivían en sus tierras. La coacción puede ser la expulsión de los familiares de la finca “coronel” o incluso el castigo físico. El coronelismo, por tanto, se constituyó por el vínculo entre los “coroneles” a nivel municipal y los gobiernos estatales, englobando también la asociación de prácticas paternalistas y coercitivas.

Política de café con leche

Las oligarquías que más se destacaron en la maquinaria de la política de los gobernadores fueron las de São Paulo y Minas Gerais. Este destaque se debió al predominio económico de los dos Estados en la dinámica nacional. El protagonismo de estas oligarquías les aseguró elegir al candidato a la presidencia del país. En referencia a los principales productos de esos Estados, este procedimiento se denominó política café con leche.

Hasta 1930, la política de gobernadores fue la forma en que funcionó la estructura política de la fase oligárquica de la Primera República. La crisis de sucesión de 1930, marcada por la impugnación de la victoria del candidato paulista Júlio Prestes en las elecciones a la presidencia de la República, provocó un cambio en las estructuras de poder en el país. El gaucho Getúlio Vargas asumió el gobierno del país el 3 de noviembre de 1930, instituyendo la segunda fase del período republicano.

Referencias:

CALMÓN, Pedro. “El régimen definido (Síntesis y Crítica)”. En: Historia Social de Brasil, volumen 3: la era republicana. São Paulo: Martins Fontes, 2002. p.67-87.

FREIRE, Américo. “Campos de Ventas” (Entrada). Río de Janeiro: CPDOC/FGV.

LANG, Alice Beatriz da Silva Gordo. “Prudente de Morais” (Entrada). Río de Janeiro: CPDOC/FGV.

LEAL, Víctor Nunes. Coronelismo, azada y voto: el municipio y el régimen representativo en Brasil. 7. ed. São Paulo: Companhia das Letras, 2012.

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