amputación –

Extracción de una extremidad o un segmento de una extremidad.

La amputación se opone a la desarticulación, donde solo se cortan los músculos y ligamentos que sostienen la articulación. El término amputación también se refiere a la extirpación del recto y el ano cuando no se restaura la continuidad digestiva y se crea un ano artificial (colostomía). La expresión «amputación congénita» se utiliza a veces para designar anomalías congénitas caracterizadas por una ausencia parcial o total de desarrollo de las extremidades.

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Indicaciones

La amputación quirúrgica se realiza con mayor frecuencia en las extremidades inferiores. En la actualidad, rara vez se practica para completar una amputación parcial accidental, por lo que generalmente se intentaba el reimplante de la extremidad.

La amputación quirúrgica está particularmente indicada para tratar tumores malignos de los huesos o partes blandas de las extremidades, o para prevenir la gangrena de una extremidad completamente privada de circulación sanguínea (arteriopatía, trombosis) cuando una operación de revascularización es imposible o se retrasa.

Finalmente, podemos amputar determinados miembros que hayan perdido la motricidad y la sensibilidad, cuando su presencia interfiera o impida la colocación de una prótesis.

Proceso

Durante la amputación, la carne se secciona por debajo del nivel de la sección del hueso, para formar un colgajo de cobertura que constituirá el muñón. En las amputaciones por gangrena arterítica, el corte debe realizarse en tejido bien vascularizado, sin coser la piel para evitar un aumento de tensión y necrosis del muñón que posteriormente podría favorecer la infección y evitar la cicatrización.

Rehabilitación y equipamiento

Después de una amputación, el sujeto puede sentir sensaciones anormales que a veces toman la forma de dolor intenso: se trata de algoalucinosis, o dolor del miembro fantasma, que corresponde a la interpretación errónea por parte del cerebro de las sensaciones nerviosas provenientes del muñón como si vinieran de la extremidad realmente amputada. Las amputaciones que conservan el talón y la rodilla se toleran mejor que las amputaciones del muslo.

La amputación de las extremidades inferiores en los ancianos puede confinarlos a un estado postrado en cama; en otros casos, y dependiendo del estado general del amputado, una prótesis bien adaptada le permitirá recuperar una vida social normal. Por lo tanto, la rehabilitación del muñón se lleva a cabo inmediatamente después de la amputación para obtener una cicatrización satisfactoria de los tejidos y preparar la extremidad para el aparato. Además de la gimnasia, el masaje y la fisioterapia, está la acción del fisioterapeuta, que “da forma” al muñón para que se adapte a una prótesis.

En los miembros inferiores se utilizan tres tipos de prótesis; se distinguen según el sistema de fijación al muñón: alveolo clásico (basado en el relieve óseo de la raíz de la extremidad), alveolo de agarre (mediante contracciones musculares del muñón) o alveolo de contacto (moldeado tanto en el relieve óseo como en las partes blandas).

Las amputaciones de los miembros superiores, especialmente las de origen accidental, se remedian con prótesis que son estéticas y se denominan «sociales», o funcionales y se denominan «trabajo», que tienen una función de gancho o pinza.

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