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La glándula tiroides es responsable de producir hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo. Regula diferentes órganos como el corazón y el cerebro y también actúa sobre diversos mecanismos como el crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes, regulando los ciclos menstruales, la fertilidad, etc.
Es muy común que aparezcan nódulos benignos en esta región, que pueden ser extirpados quirúrgicamente o controlados con medicamentos específicos. Sin embargo, en algunos casos, los nódulos pueden progresar a carcinogénesis tiroidea. La tiroides tiene dos tipos principales de células: las células del folículo tiroideo que producen y almacenan hormonas y la proteína tiroglobulina y las células tiroideas C o parafoliculares, responsables de la producción de calcitonina, una de las hormonas que regulan el metabolismo del calcio en el cuerpo.
Como ya se mencionó, los nódulos tiroideos son bastante comunes y, afortunadamente, la mayoría, entre el 90% y el 95% son benignos, por lo que la cáncer de tiroides se encuentra entre los cánceres menos letales y se puede diagnosticar temprano con una alta tasa de supervivencia.
Según el tipo de célula afectada, el pronóstico y el tratamiento se diferencian. Los tipos más comunes de cáncer de tiroides son el carcinoma papilar y el carcinoma folicular.
Responsable del 70% al 80% de los casos, el carcinoma papilar es un tumor levemente agresivo que evoluciona lentamente. Se diagnostica con mayor frecuencia en un examen de rutina y responde bien al tratamiento. Cuando se producen metástasis, los ganglios linfáticos se ven afectados inicialmente.
El segundo tipo más común es el carcinoma folicular, que generalmente aparece después de los 35 años y ofrece un mayor riesgo de metástasis y recurrencia de la enfermedad. Los pulmones y los huesos son los órganos que primero diseminan las células tumorales cuando la enfermedad se encuentra en una etapa avanzada.
Síntomas
Los síntomas más comunes del cáncer de tiroides son: aparición de un bulto / bulto o hinchazón en el cuello, que puede crecer rápidamente, dolor en la parte anterior del cuello, que puede elevarse a la región del oído, ronquera u otros cambios en la voz que no desaparece, dificultad para tragar, problemas respiratorios y tos constante.
Diagnóstico
El cáncer de tiroides generalmente se diagnostica en una etapa temprana, cuando aún es asintomático, en pruebas de rutina. Como la mayoría de los casos ocurren en mujeres, las visitas periódicas al ginecólogo suelen detectar el tumor en su inicio. Se utilizan pruebas más complejas para detectar la enfermedad, como la biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF), la gammagrafía de tiroides, la tomografía computarizada y la resonancia magnética (MRI).
Tratamiento
Los métodos para tratar el cáncer de tiroides incluyen cirugía, tratamiento con yodo radiactivo, terapia hormonal, radioterapia y quimioterapia.