Capital intelectual – Administración –

El concepto de Capital intelectual es relativamente reciente. Está compuesto por la suma de Capital Interno (conjunto de conceptos, modelos, procesos, sistemas administrativos e informativos creados por las personas y utilizados por las organizaciones), Capital Externo (conjunto de relaciones con clientes, proveedores, partes interesadas, marcas, imagen y reputación) y Capital Humano (conjunto de habilidades de las personas que laboran en una empresa para actuar en determinadas situaciones, educación, experiencias, valores y habilidades) (CHIAVENATO). Otra característica del Capital Intelectual es que es invisible e intangible, lo que dificulta su adecuada gestión.

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Ilustración: Jirsak / Shutterstock.com

Anteriormente, la lógica del capitalismo en la Era Industrial se enfocaba solo en el Capital Financiero (todos los bonos, bonos, certificados, etc. que podían ser negociables y convertidos en efectivo). Pero la realidad de hoy es diferente. Las empresas realizan inversiones masivas en conocimiento. Si antes los empresarios eran los dueños de las herramientas y materiales de trabajo, ahora el trabajador lleva en su mente sus “herramientas y materiales de trabajo”, es decir, sus conocimientos. Así, cuando un trabajador abandona la empresa por cualquier motivo, le acompaña una parte de su Capital Intelectual.

Es por ello que actualmente, para que una empresa alcance su valor de mercado, es necesario sumar sus activos tangibles e intangibles. Según Edvinsson y Malone (1998), el Capital Intelectual puede estar compuesto por seis capitales que fluyen como parte de la estructura de valor de mercado de una organización: humano, estructural, cliente, organizacional, innovación y proceso. El fortalecimiento de uno o más de estos capitales termina así influyendo en el Capital Intelectual. Por tanto, invertir en estrategias de conocimiento solo puede beneficiar al Capital Intelectual y, en consecuencia, al valor de mercado de una organización.

Se debe tener cuidado de no confundir la gestión de la información, la gestión del conocimiento y el capital intelectual. El primero se refiere a la gestión de técnicas y conocimientos utilizados en la recopilación, procesamiento y distribución de información. El segundo se refiere al esfuerzo total de la organización para desarrollar, capturar, organizar y difundir el conocimiento, de acuerdo con sus estrategias.

Dada la importancia del Capital Intelectual para las organizaciones modernas, es necesario ser consciente de que los procesos de reingeniería no suprimen el capital intelectual. Después de todo, por mucho que la tecnología y la automatización puedan impulsar la productividad y hacer que las empresas sean más ágiles, todavía no reemplaza por completo al capital humano. Es precisamente allí donde comienzan los procesos de innovación.

Hoy en día, es común encontrar organizaciones que desarrollan modelos de educación corporativa a través de universidades corporativas, tanto presenciales como virtuales, con el fin de mejorar la gestión de su Capital Intelectual.

A pesar de ser un capital difícil de medir, podemos decir que representa el activo más rentable para las organizaciones y sin el cual ninguna empresa alcanzaría el éxito. Por supuesto que vale la pena invertir en él. La pregunta es cómo. Como ocurre con cualquier buena inversión, es necesario conocer y evaluar bien a un empleado antes de traerlo a la organización. Y el trabajo no se detiene ahí. Es necesario, además de contratar a la persona adecuada, ponerlos a desempeñar el rol adecuado a sus competencias, mantenerlos en la empresa, remunerarlos satisfactoriamente, desarrollarlos continuamente y monitorearlos. También es fundamental darle espacio para que pueda aportar su creatividad y perspectivas.

Referencias bibliográficas:

CARVALHO, Fábio Câmara Araújo de. Conocimiento administrativo. São Paulo: Pearson. 2012.

CHIAVENATO, Idalbert. Gestión de personas: El paso decisivo hacia la gestión participativa. San Pablo. Libros Markron, 1994.

SELEME, Roberto Bohlen. Creación de Universidades Corporativas en el Entorno Virtual. São Paulo: Pearson Prentice Hall, 2011.

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