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Del latín, pequeño cerebro, el cerebelo se encarga de coordinar las actividades de los músculos esqueléticos, el tacto, la visión y la audición, a nivel inconsciente, en base a la información recibida. Los individuos con daño en el cerebelo presentan debilidad y pérdida de tono muscular, así como movimientos descoordinados.
Sus actividades están relacionadas con el equilibrio y la postura corporal. El cerebelo trabaja en conexión con la corteza cerebral y el tronco encefálico.
Anatomía
El cerebelo tiene dos hemisferios cerebelosos, unidos por una banda estrecha llamada gusano. La superficie del cerebelo está compuesta íntegramente por fisuras transversales y curvas, de apariencia laminada. Los más profundos dividen los órganos en lóbulos.
Tiene alrededor de 150 gramos en el individuo adulto, lo que representa el 10% del volumen total del cerebro y contiene aproximadamente la mitad de las neuronas del cerebro.
Internamente, el cerebelo está lleno de sustancia blanca, que forma un núcleo central, formado por fibras propias, fibras de proyección y axones de mielina de las células de Purkinje.
Superficialmente, la corteza cerebelosa está cubierta por materia gris, formando fisuras. La corteza cerebelosa se divide en capa molecular y capa granular.
Células de Purkinje
Son neuronas muy diferenciadas, presentes solo en el cerebelo.
Ocupación
El cerebelo recibe impulsos sensoriales de articulaciones, músculos, tendones, ojos, órganos del equilibrio y, por tanto, es responsable de los reflejos y movimientos, actuando también sobre el tono muscular.
Investigaciones recientes han demostrado que el cerebelo puede tener funciones en varias otras actividades, como la memoria a corto plazo, las emociones, la atención, el control de los actos impulsivos, etc.
Patologias
Las lesiones cerebelosas pueden conducir principalmente a una discapacidad motora. Estas lesiones se llaman ataxia. La ataxia puede ser causada por alcoholismo, presentando síntomas como descoordinación motora y del habla y pérdida del equilibrio. Otros síntomas son:
– Tono muscular reducido
– Temblores al final de los movimientos
– Dificultad para realizar movimientos rápidos y precisos.
Fuentes
Spencer, Alexander P. Anatomía humana básica. – São Paulo: Manole, 1991.
Anatomia de Gray. Río de Janeiro: Guanabara Koogan SA, 1979