¿Cómo saber si le fue bien en la presentación de su trabajo?

A lo largo de la vida profesional y estudiantil, es necesario realizar presentaciones en eventos, liderar reuniones, participar en seminarios y exhibir trabajos. Probablemente hayas visto muchas explicaciones tediosas y otras que, en cambio, captan la atención y se vuelven atractivas para la audiencia, ¿verdad?

Cuando pensamos en las presentaciones a las que hemos asistido, generalmente no tenemos dificultad para identificar los factores que hicieron que esos programas fueran buenos o malos. Sin embargo, muchas personas, especialmente los estudiantes, tienen dudas sobre la calidad de la presentación en sí. Después de todo, no siempre recibimos comentarios inmediatos, lo que aumenta la inseguridad y la ansiedad.

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Para ayudarlo a analizar si lo ha hecho bien en sus presentaciones, hemos seleccionado algunas consideraciones para interpretar los signos de una exposición que no resultó como se esperaba. ¡Verificar!

1. ¿Se fue la audiencia antes de que terminara su presentación?

El momento de una presentación suele estar bien calculado por el expositor y los organizadores, siendo suficiente para transmitir la información deseada y para que el público entienda claramente lo dicho, sin sentirse abrumado por la información.

Si tiene la impresión de que el tiempo avanza demasiado lento y la gente está impaciente (mirando sus teléfonos celulares, por ejemplo), algo no funciona en su discurso o presentación de trabajo. Para evitar esto, ensaye su exposición, tiempo y acorte los tramos que sean demasiado largos.

Ser más directo e interactuar con los oyentes son recursos esenciales para evitar que las personas se cansen y se vayan antes de que usted termine. ¡Otro buen consejo es usar pausas en tu discurso!

2. Te deslizas hacia el tema y hablas sobre temas no programados.

Este es uno de los principales problemas para quienes presentan contenido muy extenso o improvisado en este momento. Al seleccionar qué decir, sea más específico. De lo contrario, existe un grave riesgo de evadir el tema propuesto y presentar información innecesaria a su audiencia.

Dedicar más tiempo a la selección de información es fundamental para un buen orador, así como para la presentación de información. Esto evitará que las personas pierdan interés, no sigan su razonamiento, se impacienten o se distraigan.

3. ¿Fue evidente su nerviosismo?

Hablar en público siempre trae un poco de nerviosismo. Esto es normal incluso para alguien que hace varias presentaciones al año. Pero en exceso, puede indicar un problema y dañar su exposición.

El público puede saber fácilmente si el presentador está nervioso: si se trata de una presentación de un trabajo en la escuela, la universidad o para los clientes. Al darse cuenta de esta incomodidad, automáticamente las personas que están viendo la presentación se sienten incómodas.

Para evitar este tipo de situaciones, la forma es practicar. Con el dominio del contenido y el entrenamiento constante para la presentación, no hay razón para que la ansiedad lo domine.

4. ¿Están los oyentes mirando el teléfono celular durante mucho tiempo?

Las pantallas de los dispositivos móviles son muy atractivas y, hoy en día, es común que las personas se distraigan revisando las notificaciones de las redes sociales mientras miran algo, incluso algo interesante.

Cuando esta «revisión rápida» se vuelve demasiado común en sus presentaciones, vale la pena repensarlas, creando formas de mantener la atención de su audiencia, manteniéndolos alejados de sus dispositivos por un tiempo.

5. La audiencia no recuerda la presentación.

Cuando termine una presentación, posiblemente habrá lugar para preguntas o aclaraciones. Si encuentra que la audiencia no sabe muy bien qué preguntar o comentar, preste mucha atención a sus próximas presentaciones. Quizás el contenido que usted ministró no fue entregado tan interesante como cree.

Si ese es el caso, vuelva a examinar su presentación, replantee su presentación cambiando el enfoque y revise su postura. Con tantas posibilidades de recursos para una presentación, si no se ha alcanzado el objetivo, sus métodos pueden estar equivocados.

Cuando algunos de estos problemas se repitan en sus exposiciones, intente solucionarlos lo antes posible. Saber que ha estado dando presentaciones que no funcionan puede ser difícil, pero es el primer paso para cambiar y perseguir el éxito.

Una vez que reconozca los malentendidos, realice todos los cambios necesarios para crear un espacio en el que su presentación tenga una armonía entre presentador, contenido y audiencia.

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