Relación de similitud que se establece entre dos términos de un enunciado gracias a la introducción de un tercer término (como, así como, etc.). [Exemple : Des morceaux de cristal qui sonnaient comme des lames d’harmonica, J. Michelet.]

LINGÜÍSTICO

La comparación es un acto de pensamiento, por el cual juntamos dos objetos o dos situaciones para comparar sus características comunes y sus diferencias. El idioma tiene una serie de indicadores especializados para la comparación: como, pues, se hubiera dicho (Hugo), similar a (“El Poeta se parece al Príncipe de las Nubes”, Baudelaire: el albatros) – y estructuras sintácticas propias, comparativas. Pero la comparación se manifiesta todavía, en el discurso, por la simple yuxtaposición de términos, coordinación, oposición, antítesis, negación. La comparación es reconocida, en el estudio del lenguaje infantil (Piaget, Wallon), como «un medio poderoso para extender imaginativo, un medio preconceptual de ir más allá de la situación subjetiva y actual… Es un medio de superarse a sí mismo y también de situarse en este fluir de cosas o acontecimientos, que en el niño precede al mundo de las causas” (H. Wallon). Habría aparecido muy pronto en la poesía oral, como recurso mnemotécnico, para ayudar mediante constantes recordatorios a la memoria tanto del cantante como de su público (R. Caillois). La poesía homérica es una red continua de comparaciones prolongadas y multiplicadas, que desenrollan en el fondo de la narración épica un tapiz de cuadros de la vida cotidiana, natural y doméstica: el lector nunca pierde de vista esta doble perspectiva, uniendo ‘un lazo indisoluble, por la misma estructura comparativa repetida hasta el infinito (“como… así…”), el comparar y lo comparado. La comparación teje analogías que permiten captar la unidad del mundo como un orden armonioso, en el despliegue ininterrumpido de su diversidad. Este ilustre mecenazgo ha contribuido a hacer de la comparación (de la que desconfía el pensamiento racional: “La comparación no es razón”), levadura y signo distintivo de un “lenguaje poético”.

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Así, los poetas de la Pléiade harán coincidir, en muchos sonetos, la división en estrofas (en particular a través de la dicotomía cuartetos/tercios) con la sintaxis de la comparación, que se convierte así en el marco rítmico del poema al mismo tiempo que el línea fundamental de pensamiento. Incluso sucede que la comparación desborda el borde de las cuartetas. Lo que permite caracterizar un uso “poético” de la comparación es su extensión en relación al texto como un todo, y su anterioridad que invierte el orden jerárquico establecido por los gramáticos entre principal y subordinado; esta distribución proporcional y esta disposición le otorgan una verdadera preeminencia lógica, al contrario de lo que ocurre en un discurso didáctico donde la comparación es sólo un recurso, un medio ya veces un último recurso («esto es sólo una comparación»). Se da así un valor prioritario a la expresión simbólica y alegórica, y se invita a la imaginación a hacer un largo viaje a través del espacio y el tiempo, antes de la aparición de verdad estrictamente hablando, es decir, el “sujeto” del texto, que se revela sólo al final (→ metáfora).

En la poesía moderna, la comparación es objeto de un debate inaugurado por Lautréamont que ataca con «sus comparaciones sarcásticas» la estética de la comparación (las comparaciones «bellas», las comparaciones » poético ”): Mervyn es “ hermosa como la retractabilidad de las garras de las aves rapaces; o, me gusta incertidumbre de los movimientos musculares en heridas de tejidos blandos de la región cervical posterior; o mejor dicho, como esta ratonera…» (Canciones de Maldoror, VI, 3). Para Pierre Reverdy, la palabra “como” puede usarse para “unir dos realidades y dejar libre la mente que observa este acercamiento”. Esta misma palabra es, para A. Breton (signo ascendente, 1947), la llave que abre las puertas a lo maravilloso. De ser un instrumento para clasificar semejanzas y diferencias, un medio adecuado para inventariar las semejanzas que fundan el orden del Universo, la comparación se convierte entonces en un medio para liberar la mente, para reinsertar lo irracional en la realidad. “Todo es comparable a todo” (Éluard).

→ retórica, figura

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