Conductismo filosófico –

la palabra inglesa comportamiento significa comportamiento o conducta. El conductismo es un término genérico que agrupa diversas e incluso contradictorias corrientes de pensamiento en psicología, pero cuyo elemento fundamental es la conducta.

O Conductismo filosófico, o incluso llamado conductismo lógico o conductismo analítico, consiste en una teoría analítica que estudia el sentido y la semántica de conceptos y estructuras cognitivas.

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Esta línea filosófica, basada principalmente en los estudios de Wittgenstein y Ryle, sostiene que la concepción de un estado mental o disposición mental es, en realidad, la concepción de una disposición o tendencias conductuales. De esta forma, relaciona directamente pensar y actuar, al establecer este vínculo entre el metal y el comportamiento. Al intentar definir qué es un estado mental, se está haciendo una descripción de comportamientos, o modelos de comportamiento, en este sentido, el conductismo filosófico analiza estados mentales intencionales y estados mentales representativos.

Al atribuir estados, procesos o eventos mentales a las personas, está haciendo declaraciones sobre su comportamiento real o sus disposiciones conductuales. Esta relación plausible e intrínseca entre procesos y comportamientos significativos contrasta con el dualismo típico de la modernidad, además de sugerir un nuevo guión de investigación para una eventual ciencia del comportamiento.

Para sintetizar el tipo de pensamiento propio del conductismo filosófico, se pueden considerar constituidos en torno a cinco proposiciones básicas:

1. “Yo tengo dolores” y “Él tiene dolores” son valores de la misma función proposicional “X tiene dolores”.

2. Mi identificación de mis experiencias internas (dolor, por ejemplo) se realiza de manera directa e inmediata, es decir, tengo acceso privilegiado a mi experiencia interna.

3. No tengo acceso directo o inmediato a la experiencia interior de otra persona. Solo su comportamiento es accesible para mí.

4. Las proposiciones sobre experiencias internas no están en una relación lógicamente necesaria con las proposiciones sobre la conducta (es decir, no son consideraciones lógicas o analíticas que justifiquen deducir la existencia de una experiencia interna dada a partir de la observación de una conducta determinada).

5. La relación entre la experiencia interior y el comportamiento se establece sobre la base de leyes empíricas.

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