Evolución de los reptiles – Biología

Los reptiles se consideran el primer grupo de vertebrados típicamente terrestres y evolucionaron a partir de un grupo primitivo de anfibios a finales de la Era Paleozoica, en el período Carbonífero. Para poder explorar y establecerse en el medio terrestre, los reptiles desarrollaron varias características que les permitieron independizarse del medio acuático en cuanto a respiración y reproducción. Actualmente los reptiles están representados por 10.450 especies divididas en seis grandes grupos: anfisbenia (anfisbenos), Sauria (lagartos), serpientes (serpientes), testudines (tortugas), crocodilia (cocodrilos) y Rinocefalia (tuátaras).

La piel de los reptiles es seca, no tiene glándulas mucosas y está cubierta por escamas de origen epidérmico o por placas óseas o corneales de origen mesodérmico. Con estas características, los animales ganaron resistencia a la desecación con la piel dejando de ser un órgano permeable. El desarrollo de esta piel seca e impermeable también ha dejado de ser una estructura de respiración, como en los anfibios. En los reptiles, la respiración es solo pulmonar.

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Cocodrilo. Foto: Judd Patterson, biólogo del Servicio de Parques Nacionales [Public domain]a través de Wikimedia Commons

Los huevos desarrollaron una cáscara porosa que permite la entrada de oxígeno y la salida de dióxido de carbono, indispensable para la respiración del embrión. El aislamiento del embrión en el interior del huevo se asoció con la aparición de la vesícula amniótica (garantiza el desarrollo del embrión en medio acuoso), el saco vitelino (reserva de alimento que garantiza la supervivencia del embrión), la alantoides (bolsa excretora de ácido úrico) y el corion (adherido a la membrana de la cubierta que asegura el intercambio de gases respiratorios con la sangre). La excreción de ácido úrico por parte de los embriones y adultos de reptiles también fue una evolución importante ya que esta sustancia no necesita agua para ser eliminada, lo que representa un ahorro de agua. En los reptiles el desarrollo es directo, no existen estadios larvarios y la mayoría son ovíparos, pero existen algunas lagartijas y serpientes que pueden presentar ovoviviparidad o viviparidad.

Surucucú de la especie Lachesis muta. Foto: Patrick K. Campbell / Shutterstock.com

La ectotermia fue otra importante evolución de este grupo de animales que permitió la independencia en relación a la temperatura. Las variaciones de temperatura en el medio terrestre son mayores que en el medio acuático y mantener una temperatura corporal media constante era fundamental para los vertebrados terrestres. Los ectodermos calientan sus cuerpos a través de fuentes de calor externas, como el sol o la superficie caliente del sustrato. Por ello, es común ver reptiles expuestos al calor del sol durante el día o con el cuerpo completamente apoyado contra el sustrato para absorber el calor retenido durante todo el día. Cuando hace demasiado calor, suele buscar lugares con sombra o meterse en el agua. Y con este mecanismo de termorregulación, mantienen constante su temperatura corporal.

Los reptiles, a excepción de los cocodrílidos, tienen un corazón de tres cámaras con dos aurículas y un ventrículo. En los cocodrílidos, dos aortas que se originan en el ventrículo izquierdo y en la región izquierda del ventrículo derecho dirigen la sangre a la circulación sistémica y se conectan cerca de la base del corazón a través del agujero de Panizza (que es la intercomunicación de los ventrículos sistémicos derecho e izquierdo). arco aórtico del corazón de los cocodrilos). Este agujero de Panizza permite que la sangre del ventrículo derecho pase a la circulación pulmonar cuando el cocodrilo contiene la respiración para sumergirse.

Referencias bibliográficas:

SOLO BIOLOGIA. Reptiles: primeros vertebrados exitosos en el medio terrestre. < http://www.sobiologia.com.br/conteudos/Reinos3/biorepteis.php>

Devoe, R. Anatomía y Fisiología de Anfibios y Reptiles. En: COLVILLE, T. & BASSERT, JM Anatomía Clínica y Fisiología para Medicina Veterinaria. 2 ed. 2010. Río de Janeiro, Editorial Elsevier Saunders: 455-478 p.

Lopes, Sonia. Bio: volumen único. En: Chordata II, Reptiles. 1 ed. 2004. São Paulo, Saraiva: 357-361 p.

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