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Pintor austríaco (Baumgarten, hoy en Viena, 1862-Viena 1918).
Líder de la Secesión de Viena, que difundió el Art Nouveau en medio del Imperio Austro-Húngaro, Gustav Klimt impuso la seducción de la línea en la pintura. Se distinguió en murales y en retratos a los que confería un alto significado simbólico.
El impulso de la modernidad
Hijo de un orfebre y segundo en una familia de siete hijos, Gustav Klimt asistió a la Escuela de Artes Decorativas de Viena (1876-1883) y, para ganarse la vida, pintó sus primeros retratos. Fundador, con su hermano Ernst, de la Compañía de Artistas Vieneses, recibió el encargo de los frescos murales sucesivamente para el Burgtheater (1888), para el Kunsthistorisches Museum (1890-1891) y para el palacio del mecenas Nikolaus Dumba (1898- 1899). Es en estos dos últimos monumentos donde su estilo, rompiendo con el neoclasicismo de sus inicios, se distingue por tipos de siluetas de contornos firmes y ligeros. los Retrato de Sonja Knips (1898, Austrian Art Gallery, Viena) manifiesta otra característica: la asimetría de la composición, imitada del grabado japonés. Estas obras ya son representativas del espíritu de la Secesión, de la que Klimt será el primer presidente (1897-1905) y la revista que fundó, Sacro de gusano («Manantial Sagrado»), el portavoz.
En 1894, se le pidió a Klimt que decorara el techo del salón del pueblo de la Universidad de Viena. Allí emprende un ciclo de tres alegorías, que a menudo serán modificadas: Filosofía, Medicina y la jurisprudencia. Para los dos primeros, en formato vertical, vuelve a optar por la asimetría: en ambos una masa compacta de cuerpos humanos se eleva hacia el infinito, parte del cual queda cortada por el borde de la composición. Para el tercero, opta por siluetas con contornos estrictamente definidos. Klimt suscita una viva polémica, seguida de una interpelación en la Casa, por el erotismo provocador y desesperado que despliega («Todo arte es erótico», afirma). Tendrá que retirar -y recomprar- sus obras, que serán destruidas por los nazis en 1945 (estudios conservados en la Albertina de Viena).
La primacía de la estilización
En 1897 comienza un período de intensa creación, donde se suceden pinturas y dibujos. Klimt renuncia al espacio renderizado de forma ilusionista (con efectos de perspectiva y trampantojo) a favor de la superficie bidimensional donde las líneas, los colores y los ritmos se organizan en medio de una abundancia ornamental: Friso de Beethoven, destinado al Palacio de la Secesión (1902); mosaicos en el Palacio Stoclet de Bruselas (1904-1909). La estrecha unión entre pintura y arquitectura de la que resulta es su principal contribución a la renovación del arte monumental. En el paisaje, en el que se interesó Klimt desde 1898, a veces adoptó la composición asimétrica (Rosas bajo los árboles 1905, Musée d’Orsay, París).
Los lienzos donde se venera la figura de la mujer (Judith 1901, Galería de Arte Austriaco, Viena; el beso, 1907-1908, ibid.) Y varios retratos (Fritza Riedler, 1906, ibíd. ; Adèle Bloch-Bauer, 1907, ibid.) Proviene de una concepción de la estilización mezclada con una preocupación naturalista: los rostros y las manos parecen ajenos a la rica ornamentación en la que el pintor los inserta. Éste toma prestados sus patrones de diferentes tradiciones. Del arte bizantino conserva el uso del oro, que marca las obras del período denominado “estilo dorado” (Esperar, 1903, Ottawa; las tres edades 1905, Galería de Arte Moderno, Roma; Logro, circa 1909, Museo de Arte Moderno, Estrasburgo).
A partir de 1910, la estilización se suavizó en la obra de Klimt, algunos grandes retratos de cuerpo entero de los cuales incluso volvieron a una rigurosa simetría, confiriendo una actitud hierática a los personajes, mientras que el color se aplicó con toques cada vez más matizados, de factura casi impresionista (Adele Bloch-Bauer II, 1912, Galería de Arte Austriaco, Viena). Las obras del último período también reflejan una tendencia hacia lo trágico (la Madre y los dos hijos, circa 1900-1910, ibíd. ; Manzano II, 1916, ibid.) Que ya presagia una nueva era, la del expresionismo de Egon Schiele y Oskar Kokoschka, cuyo arte está directamente relacionado con el de Klimt.
Historia de la secesión
La Secesión de Viena es a la vez un grupo de artistas que violan la prohibición con todas las formas de academicismo y un movimiento que aparece de manera más general contra el orden moral. Entre ellos se encuentran el arquitecto Otto Wagner y el compositor Arnold Schoenberg. La pintura de Klimt Palas Ateneo proporciona el cartel de la primera exposición que se organizó en 1898.
Infinitamente vilipendiado por la crítica conservadora y la prensa moralizadora, Klimt también fue despedido por su familia en 1905. Dejó la Secesión definitivamente en 1908 y se volvió cada vez más hacia Alemania. Mientras tanto, el movimiento se ha extendido por Europa, sobre todo en Francia (Héctor Guimard), en España (Antonio Gaudí) y en Bélgica (Victor Horta).