Léo Ferré –

Cantante y compositora francesa (Monte-Carlo 1916-Castellina in Chianti, Italia, 1993).

Cantante cercano a los poetas rebeldes, él mismo dispensando un espíritu anarquista en un repertorio que utiliza hábilmente el lenguaje verde, Léo Ferré es la figura misma del artista comprometido. También ofrece el indudable ejemplo inigualable de una cultura alternativa a la francesa.

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Amor de parís

En Mónaco, su madre dirige un taller de costura y su padre trabaja para la empresa de baños marinos. De 9 a 17 años, Léo Ferré (nacido el 24 de agosto de 1916) es interno en un internado religioso en Bordighera, Italia, en ‘de donde es su familia. Allí se enteró de la revuelta, mientras descubría la pasión por los grandes compositores. Con el bachillerato en la mano, se trasladó a París en 1935 con la esperanza de ingresar al Conservatorio, pero fueron los estudios de Derecho los que realizó y los que lo llevaron a la carrera de Ciencias Políticas.

Léo Ferré inició una carrera artística a partir de la Liberación. En los cabarets de la margen izquierda donde cantó, conoció a Charles Trenet, Édith Piaf, quien ayudó a ponerlo en marcha, en 1948, interpretando los amantes de paris – y Juliette Gréco – quien se convertirá en su intérprete favorita. También se une al letrista Jean-Roger Caussimon (1918-1985). En la década de 1950, Isla Saint-Louis, en Saint-Germain-des-Prés, París Canaille, Pont Mirabeau hazlo cantor de la capital. Señor William, el hombre, semilla de Ananar, el piano de los pobres, gracias Dios mío, en particular, también se ganó el favor del público. Al mismo tiempo, probó suerte en la ópera (La vida del artista, 1954), ballet (la noche, para Roland Petit, 1956) y en el oratorio (el canto de los no amados, sobre un poema de Apollinaire, 1957).

La cancion en libertad

Poetas … tus papeles, colección publicada en 1956, refleja una inclinación al lirismo que se perpetúa en los registros Flores del mal de Léo Ferré (1957) y Léo Ferré canta Aragon (1961). Léo Ferré también pone textos de Villon, Rutebœuf, Rimbaud y Verlaine en canciones, mientras continúa en la línea de su inspiración personal con estas canciones de principios de la década de 1960: Mierda a Vauban, Paname, la lengua francesa, T’es chouette, Jolie Môme, Gracias Satanás, T’es rock, Coco!, Ni dios ni amo, que le aportan un reconocimiento definitivo. La jerga muy personal que usa le da la clave para múltiples inventos verbales mezclados con sutiles truncamientos.

Entre los dos álbumes Ferré 64 y Amor, anarquía (1970), que revive la profesión de fe anarquista («la anarquía es la formulación política de la desesperación»), tuvo lugar los hechos de mayo de 1968. Léo Ferré se aparta de la disputa, sin olvidar ‘recuperar el espíritu (Votaron, la Marsellesa, ¡Hola Beatnik !, es extra). Después de Bretaña (La memoria y el mar, 1970), se instaló en Toscana, sin dejar de registrar (Con el tiempo, 1970) ni desvincularse de la evolución de las corrientes musicales. Así, grabó con el grupo de rock Zoo el disco soledad (1971). También satisfizo su gusto por la música clásica dirigiendo orquestas sinfónicas (como la de Milán) y publicando el álbum. Mute Ferré dirige Ravel (1975).

Junto con numerosos recitales, en Francia y en el extranjero, Léo Ferré continúa grabando extensamente. En diez años, lanzó quince álbumes, entre los cuales el show (1979), Violencia y aburrimiento (1980), los Loubards (1985) y Viejos amigos (1990). Una temporada en el infierno (1991), publicado dos años antes de su muerte (14 de julio de 1993), finaliza el viaje de un hombre que había practicado, con igual alegría, la escritura, la composición y la interpretación.

El homenaje de los intelectuales

André Breton, en nombre de los surrealistas, es uno de los primeros escritores en defender al artista Léo Ferré, hasta 1956, cuando se negó a prefacio de la colección. Poetas … tus papeles. Otro poeta surrealista, Benjamin Péret, da la bienvenida al cantante en su Antología del amor sublime (1956), igualando a Breton y Saint-John Perse por su capacidad para ilustrar el amor apasionado. Por su parte, Aragón tendrá esta frase definitiva: “Tendremos que escribir la historia literaria de forma un poco diferente, por Léo Ferré. «

Como Georges Brassens, Léo Ferré es uno de esos cantantes populares ahora “institucionalizados” al convertirse en sujeto de tesis doctorales y otros trabajos académicos. Gilles Deleuze marcó la pauta al declarar: “Es un buceador de emociones que usa palabras como granos de arena bailando en el polvo de lo visible. «

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