Clarinetista, saxofonista y flautista francés (Bayona 1935).
Ha trabajado con compositores contemporáneos (Boulez, Berio, Stockhausen y Mauricio Kagel). En 1969, fundó con el trombonista Vinko Globokar el New Phonic Art, un conjunto basado enteramente en la libre elección de fuentes de sonido, y en 1971 creó la Unidad Portal. Se convirtió en el propagador de la música libre, abierta y totalmente improvisada. Algunas de sus grabaciones incluyen: Solo dejarme (1979), Turbulencia (1987), A mi manera (1991), Explotar (1997).
Fue el primero en sorprenderse de ser el único gran solista “clásico” que dedicó buena mitad de su vida a la música improvisada. Es cierto que esto es a costa de una cierta esquizofrenia, ya que reserva el clarinete para la interpretación de Mozart, Brahms, Schumann, Berg o Boulez (del que grabó el Áreas), y se expresa en jazz sobre otros instrumentos: saxofones, soprano, alto y tenor, clarinete bajo, bandoneón, etc.
Desde su infancia en el País Vasco, Michel Portal ha mantenido intacto el gusto por la música popular y viva, arraigada pero arborescente, prefiriendo siempre la prueba del concierto a la experiencia del disco. La primera música que tocó: fandangos, valses, tangos, luego mambo con Benny Bennett y Pérez Prado. Su adhesión al jazz se produjo en varias etapas: escuchando a los clarinetistas – Bigard, Noone, Giuffre… -, el choque de la big band de Dizzy Gillespie, luego Coltrane y Dolphy. Este primer premio del Conservatorio fue uno de los pioneros del free en Francia, con Bernard Vitet, François Tusques, Beb Guérin y Sunny Murray. Al mismo tiempo, participa en el experimento New Phonic Art (con Vinko Globokar, Carlos Alsina y Jean-Pierre Drouet), que practica “música de cámara contemporánea improvisada”. En 1971, fundó su Unidad, un Grupo abierto e informal (¡y eterno!), Que recibirá a decenas de invitados europeos y estadounidenses. A menudo asociado con Henri Texier, Jean-François Jenny-Clark, Joachim Kühn, Aldo Romano, Daniel Humair, François Jeanneau y Bernard Lubat, toca más ocasionalmente con Steve Lacy, Martial Solal, Pierre Favre, Gérard Marais, Claude Barthélemy, Dave Liebman , Jack DeJohnette… y más recientemente el acordeonista Richard Galliano. Sus conciertos traen momentos inesperados y emocionantes a los festivales, revelando una personalidad versátil e introvertida. También es uno de los mejores autores franceses de bandas sonoras de películas (La cecilia, Sociedad Limitada de Francia, La sombra roja …).
Sería inútil querer definir un «estilo» en un artista que encarna una libertad arrogante que no excluye la provocación y favorece el choque necesariamente conflictivo con personalidades tan fuertes como la suya. Fascinado por España -pero no por el «español» -, por las modas orientales y las polirritmos africanos, sabe adaptar sus pasiones a la expresión consciente de un lirismo romántico que difícilmente encuentra en el repertorio de la música europea contemporánea.