Orígenes de la hermenéutica – Filosofía

El concepto tradicional de hermenéutica (‘ερμηνευτική: ciencia, arte) pretende indicar la “forma unitaria de acercarse, concentrarse”, o como indica Heidegger, “acceder a ella, es decir, cuestionar y explicar la facticidad”. Destaca que la etimología de la palabra hermenéutica es oscura, pero a través de algunas referencias es posible ubicar el significado original del término, haciendo inteligible cómo cambia su significado.

Palmer destaca que Heidegger atribuyó un significado moderno al uso antiguo de los términos griegos, viendo la filosofía misma como una interpretación, y estando relacionado con Hermes en su función de transmutación, de transformar todo lo que va más allá de la comprensión humana en algo que la inteligencia pueda comprender. Él trae el «mensaje del destino» y hermenéuein (‘ερμηνεύειv) es este «descubrimiento de algo, de cualquier cosa que trae un mensaje, en la medida en que puede convertirse en un mensaje» (PALMER, p. 24-25, 1986)

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Los griegos atribuyeron al dios mensajero alado Hermes el descubrimiento del lenguaje y la escritura, herramientas para el entendimiento humano, que las utiliza para llegar al significado de las cosas y transmitirlas a los demás. Por tanto, la “hermenéutica”, desde su raíz más antigua, sugiere el proceso de hacerse comprensible, de ser interpretado y, sobre todo, como tal proceso involucra al lenguaje, ya que el lenguaje es el medio por excelencia en este proceso. “La tarea de la interpretación debe ser convertir algo desconocido, lejano y oscuro en algo real, cercano e inteligible” (Das Verstehen, en HEIDEGGER, 2012).

Heidegger muestra que Platón, en Theaetetus (Θεαίτητος), dialogando sobre la naturaleza del conocimiento, muestra el enfrentamiento entre verdad y relativismo y el “logos (λόγος: discurso) corresponde a la expresión de las diferencias”. En este contexto, notificar es hacer explícita la diferencia entre los demás y lo común (κοινόv). Lo que se ve en las palabras, y lo que comunican los intérpretes, no es una concepción teórica, sino voluntad, deseo y, además, ser, existencia. Por tanto, la hermenéutica es la notificación del ser de un ser en su ser en relación con otro ser, con el yo (HEIDEGGER, 2012).

Aristóteles, en De anima (Περί ψυχή), enfatiza que “el ser, como ser vivo, necesita del lenguaje tanto para gustar como para conversar sobre el trato con las cosas”. En este contexto Hermenéia (‘ερμηνεία) reemplaza la palabra dialecto (διάλεκτος), es decir, hablar coloquial de esto o aquello. En esto, según Heidegger, “hablando de algo, el habla pone de manifiesto la entidad, se vuelve accesible en su (no) uso o (in) utilidad, para tenerla a la vista”. Aristóteles enfatiza, en Poética (Ποιητική), que “el lenguaje del habla es la interpretación a través del pensamiento”. Asimismo, en Sobre la interpretación (Περί ‘ερμηνείας), logos (λόγος), en su función fundamental, intenta descubrir y dar a conocer la entidad. La función asociada del habla es hacer algo accesible como tal, y el logos tiene la marcada posibilidad de aléthéiein (άλήθεύειv: mostrar, poner ahí a la vista, disponible, lo que antes estaba oculto, oculto) (PALMER, 1986).

Referencias:
HEIDEGGER, Martín. Ontología – Hermenéutica de la facticidad. Petrópolis: Editora Vozes, 2012.

PALMER, Richard E. Hermenéutica. Lisboa: Ediciones 70, 1986.

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