Primer sistema del Cenozoico, anterior al Neógeno, el Paleógeno se ubica en el Terciario, desde – 65,5 a – 23 millones de años (duración: 42 millones de años). Se subdivide en Paleoceno, Eoceno y Oligoceno.
Animales y plantas
Este período geológico es fundamental para la historia y evolución de los mamíferos. Desde el punto de vista paleontológico, todos los grandes grupos actuales están bien representados en este período, excepto las monocotiledóneas, que son un poco más recientes. En estas condiciones, la cadena alimentaria monocotiledónea-herbívoro-carnívoro aún no está establecida. Los grandes foraminíferos (nummulites [d’où l’autre nom de nummulitique donné au paléogène], alveolinas, discociclinas y lepidociclinas) son muchas y variadas. La fauna marina se caracteriza por la abundancia de grandes foraminíferos. Pero esta fauna está dominada por bivalvos y gasterópodos, mientras que los cefalópodos están en pleno declive. En el continente, la alfombra vegetal tiene casi la composición de la alfombra actual, pero las monocotiledóneas aparecerán solo durante el Oligoceno.
Los insectos conservados en ámbar son principalmente himenópteros, dípteros y lepidópteros. Al comienzo de la época numulítica, las aves experimentaron una breve hegemonía, que siguió a la de los reptiles, que estaba en pleno declive. Los mamíferos seguirán siendo pequeños durante el Paleoceno, pero los marsupiales y placentarios ya están bien representados. Los grandes pedidos actuales se diferenciarán y experimentarán una gran extensión durante el Eoceno.
Un nuevo salto evolutivo marca el límite del Oligoceno durante el cual aparecen, entre otros, los primeros simios con el género Propliopiteco, antepasado de la hilobatina (gibones).
La formación de las montañas de hoy
El globo terrestre se parece al actual, con algunas diferencias (América del Norte unida con Groenlandia y separada de América del Sur, Asia separada de Europa). Este período se caracteriza por una intensa actividad orogénica, que pone fin al largo período de calma del Mesozoico. El plegamiento alpino-Himalaya, que se inició en el Eoceno, continuó durante el Oligoceno, dando a Europa una facies muy cercana a la que tiene hoy. En las regiones no plegadas, continúa el juego de regresiones y transgresiones.
En América, la orogenia iniciada en el período Cretácico continúa en la Cordillera de los Andes y en las Montañas Rocosas. Los batolitos de granito y las efusiones volcánicas deben relacionarse con la deriva continental, que abre el Atlántico Norte. Finalmente, el Eoceno puede considerarse como un período de compresión y el Oligoceno como un período de relajación.
Para obtener más información, consulte el artículo. Historia de la tierra