Sextus Empiricus en griego Sekstos ho Empeirikos

en griego Sekstos ho Empeirikos

Filósofo y médico griego (¿Mitilene? iimiiiimi s. ANUNCIO.).

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Aplicando el método empírico que propugnaba en medicina a la filosofía, Sextus Empiricus es la principal fuente de conocimiento para la escuela escéptica. Contra todo dogmatismo filosófico o científico, expuso sus argumentos en dos obras que nos han llegado en su totalidad: la Hipotipos pirrónicos y Contra los matemáticos.

Un filósofo médico

Sextus Empiricus, de quien sólo sabemos que fue médico, estableció él mismo el vínculo entre dos escuelas de pensamiento, una filosófica, el escepticismo, la otra médica, el metodismo. En nombre de este último, la gente pretendía ceñirse a las enfermedades tal como se las observaba, sin buscar causas ocultas; el fenómeno patológico tenía que indicar por sí mismo los remedios adecuados, lo que hacía innecesario dedicarse a la heurística.

Los dos libros de Sextus Empiricus que tenemos mencionan otras obras, o bien dedicadas a la filosofía (Escritos escépticos ; De alma), ya sea a la medicina (Memorias empíricas).

El escepticismo como método

El trabajo de Sextus Empiricus no es su trabajo, sino una suma de lo que los escépticos enseñaron antes que él. Por tanto, es invaluable para el conocimiento del escepticismo. Las otras fuentes, principalmente el Vidas, doctrinas y sentencias de ilustres filósofos por Diogenes Laërce (iiimi s. AD) y el Académico de Cicerón, son menos amplios y menos sistemáticos.

Sextus Empiricus practica un método de examen llamado skepsis para mostrar la vanidad de reclamar la verdad. Se dirige en particular a los estoicos, que se preocupan por conocer el mundo y su racionalidad. En su caso, se trata de establecer las imposibilidades lógicas que resultan de los enunciados. Para ello, no duda en presentar una larga serie de dilemas que se combinan indefinidamente hasta cansar al lector. Esta fatiga es como prueba de la imposibilidad de detenerse en una conclusión convincente. Además de este proceso, Sextus Empiricus recurre a una crítica rigurosa de las facultades: la sensibilidad, la inteligencia, la memoria, la imaginación son objeto de un examen sistemático que debe convencernos de su incapacidad para darnos conocimiento.

Trabajos clave

«Contra los matemáticos»

La obra consta de once libros. Los primeros seis, Contra los maestros, se dedican a la refutación de quienes pretenden enseñar algo, cuando su objeto es excesivamente limitado. Los siguientes seis libros, Contra los dogmáticos (Dónde filósofos), generalmente considerados más decisivos que los anteriores, comprenden tres partes principales: “Contra los lógicos” atestigua la imposibilidad de llegar a la verdad, ya sea por conocimiento inmediato o por demostración; «Contra los físicos» rechaza los argumentos que pretenden mostrar la existencia de una causa universal: Dios; «Contra los moralistas» se opone a la existencia de un Bien en sí mismo.

Las «hipotipos pirronianas»

El primer libro presenta, de manera concisa, los principales argumentos del escepticismo. El término «hipotiposis» debe entenderse como una representación pictórica de la cosa tal como el lector cree que la ve o la oye; concuerda con la expresión del escepticismo del que fue fundador el filósofo griego Pirrón al cuestionar la metafísica de Aristóteles.

¿Cómo podría el escéptico demostrar la validez de la duda? De hecho, solo puede hacer sentir los defectos de los discursos supuestamente verdaderos. Así, se ve llevado a suspender su juicio: ante contradicciones de igual fuerza, no puede ni afirmar ni negar. La palabra epochê, «Suspensión» es, por tanto, la palabra clave para el escepticismo. Los otros dos libros presentan aplicaciones de laepochê a la lógica (libro II), la física y la ética (libro III).

La aspiración a la tranquilidad

El escepticismo no se limita a la crítica del conocimiento. Da lugar a la ética. La suspensión del juicio produce involuntariamente un fruto precioso: la tranquilidad. Si, en efecto, nos abstenemos de juzgar, nos liberamos de una parte esencial del mal, aquello que nos hacemos a nosotros mismos a través del arrepentimiento, la anticipación, el resentimiento … La quietud, en cambio, surge de la capacidad de acoger lo que se presenta sin añadir representaciones a los hechos: más que los hechos mismos, son nuestros juicios los que nos perturban.

La obra de Sextus Empiricus, ignorada durante más de diez siglos, será redescubierta en xvimi s. Henri II Estienne dio una traducción latina en 1562, de la que Montaigne se inspiraría y haría referencias para su Disculpa de Raymond Sebond (Pruebas, II, XII). François de La Mothe Le Vayer, tutor de Luis XIV, reformula un escepticismo inspirado en Sextus Empiricus en su Discurso para demostrar que las dudas de la filosofía escéptica son de gran utilidad en las ciencias (1668). A xviiimi s., la crítica de la causalidad de David Hume se hace eco directamente de la de «Against the Physicists» (I, 195-266). El escepticismo dejó así una huella duradera en el pensamiento.

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