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Suspensión de todas las sensibilidades del organismo.
La anestesia general se usa ampliamente durante los procedimientos quirúrgicos. También se utiliza para ciertos exámenes sofisticados, largos o dolorosos, con el fin de mejorar la comodidad del paciente o para garantizar una calidad técnica suficiente. Se obtiene mediante el uso de diversos agentes anestésicos administrados por vía respiratoria, digestiva o parenteral (venosa) que provocan la pérdida total del conocimiento.
La elección de estos agentes depende de las características del paciente (edad, peso, etc.), de su historial médico (enfermedad cardíaca, renal, hepática, etc.) y de la duración esperada del examen o cirugía.
Histórico
La anestesia general se conoce desde 1540, cuando el cirujano suizo Paracelso utilizó por primera vez éter. La anestesia comenzó a desarrollarse en el xixmi siglo cuando se realizó la primera anestesia cloral intravenosa. Desde entonces, se ha avanzado fundamentalmente con el uso, en 1844, del óxido nitroso en cirugía dental, con el uso de barbitúricos de acción corta en 1927 y, a partir de la década de 1950, con la aparición de anestésicos halogenados volátiles (halotano), que permitió una renovación de la anestesia por inhalación. A esto se sumó el uso de ventilación artificial con intubación endotraqueal (introducción de un tubo en la tráquea). La curarización puede complementar la anestesia, provocando una relajación muscular completa.
Principio
La anestesia general combina tres tipos de acción: narcosis (o pérdida del conocimiento o sueño profundo), que se debe a la administración de un agente anestésico, ya sea por inhalación (antes de éter, hoy de óxido nitroso o agentes halogenados) o por vía intravenosa ( barbitúricos, ketamina, etomidato y, más recientemente, diprivan); analgesia (desaparición del dolor), que se obtiene con sustancias similares a la morfina como fenoperidina o fentanilo; curarización (uso de una sustancia paralizante), que permite la relajación muscular necesaria para el buen desarrollo de la intervención.
Proceso
Antes de la operación, la consulta del anestesista con el paciente es fundamental. Permite al médico establecer contacto psicológico con el paciente (para eventualmente aliviar las ansiedades de este último explicándole el procedimiento), conocer su historial médico-quirúrgico y familiar (reacciones a la anestesia ya sufridas por el paciente). miembros de su familia, tratamientos actuales, alergias, intoxicaciones por alcohol, etc.), así como realizar un examen clínico completo. A veces hay exámenes adicionales como un análisis de sangre con medición de urea y azúcar en sangre, búsqueda de azúcar y albúmina en la orina, electrocardiograma y radiografía de tórax. La noche anterior se deja al paciente con el estómago vacío para evitar los vómitos durante la operación. Una o dos horas antes de la anestesia, a menudo se le administra un sedante y un derivado de la belladona que ayuda a prevenir reacciones molestas (hipersalivación, enlentecimiento cardíaco o vómitos).