Written by O Argumentum ad Populum (argumento o apelación al pueblo, en latín) es una especie de falacia no formal y es el intento, despertando las pasiones y el entusiasmo de la multitud, de ganarse el apoyo del público que escucha o lee para una conclusión en particular. Los publicistas y los políticos se encuentran entre los que más aprovechan este tipo de falacia.
Este tipo de falacia involucra dos enfoques diferentes, el directo y el indirecto.
En el abordaje directo, la persona que tiene la palabra se dirige a la multitud con el fin de despertar un sentimiento humano de pertenencia, de manera que todas las personas presentes se unan para la aprobación de lo que se está diciendo, dando la sensación de que el argumento o conclusión que se presenta es correcto. Este enfoque despierta una especie de mentalidad de masas y cualquier individuo se ve obligado a estar de acuerdo con la multitud, a riesgo de ser excluido y perder identidad y seguridad.
La forma directa es más común en los discursos políticos. Quizás quien dio mayor visibilidad a esta forma de argumentación fue Adolf Hitler, en sus discursos al pueblo alemán durante el ascenso y gobierno del partido nazi en Alemania. Sin embargo, no es solo a través del habla que se puede utilizar el enfoque directo. También se aplica a campañas y anuncios escritos. Frases como “todos somos trabajadores” o “este es el deseo del pueblo brasileño” tienen el mismo efecto.
El enfoque indirecto, a su vez, no se dirige directamente a la multitud, sino a un individuo o un grupo selecto y se utiliza a menudo en campañas publicitarias. Este enfoque tiene tres formas específicas de uso: el argumento «hacer la campaña electoral«(Argumento del carro, en inglés), el apelar a la vanidad es el apelar al esnobismo.
El argumento electoral se utiliza para dar la impresión de que alguien se quedará atrás o quedará fuera de un determinado grupo si no se comporta de la misma manera. Su término en inglés se refiere a autos con sonido, comúnmente usados en anuncios y campañas. Como en los ejemplos siguientes:
Por supuesto que quieres almorzar en nuestro restaurante. ¡El 99% de la gente almuerza aquí!
El pueblo brasileño quiere elegirme. ¿No quieres?
La apelación a la vanidad asocia un producto con personalidades que la sociedad sigue y admira y provoca la sensación de que, si alguien compra ese producto, será igualmente admirado. Así que una famosa actriz aparece en un comercial con un vestido y dice: «Ponte este vestido y sé como yo.”.
Finalmente, la apelación al esnobismo asocia un determinado producto o idea con una condición especial, haciendo que el espectador se sienta como una persona diferente. Lo podemos encontrar en campañas publicitarias, como las de bancos o automóviles, que afirman que una persona será especial si es su cliente. Pero también se usa en muchos casos cotidianos. Por ejemplo:
Este coche no detiene a nadie. ¡Es para gente especial y admirable!
¡Si comes toda tu comida, serás tan fuerte como Superman!
En todos los casos, por tanto, el enfoque indirecto despierta en el oyente o lector un sentido de nobleza, si es dueño de ese producto o actúa de determinada manera.
Entonces, mientras que el enfoque directo habla al grupo como un todo, el enfoque indirecto se dirige a cada individuo, haciéndolos sentir inmediatamente fuertes y seguros por ser parte de un grupo.
O Argumentum ad Populum es una falacia porque, a pesar de ser bastante eficaz cuando se usa, la aprobación de la mayoría no es suficiente para probar la veracidad de un argumento.
Bibliografía:
COPI, Irving M. Introducción a la lógica. Traducción de Álvaro Cabral. São Paulo: Mestre Jou, 1978.
HURLEY, Patrick J. Una breve introducción a la lógica. California: Wadsworth / Thomson Learning, 2000.
