Benjamin David alias Benny Goodman

Clarinetista y director de orquesta de jazz estadounidense (Chicago 1909-Nueva York 1986).

Fundó su primera gran orquesta en 1934 y fue uno de los primeros músicos blancos en integrar jazzistas negros en su orquesta. Polémico por su talento como clarinetista (del que sin embargo es un virtuoso), supo popularizar el jazz recurriendo a los mejores arreglistas y solistas de su tiempo. Entre sus grabaciones se encuentran B. G. en el Carnegie Hall (1938), La historia de B. G. (1955).

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Aparte de sus cualidades como clarinetista, director y su éxito comercial, su coronación como «Rey del swing» en el sala Carnegie de Nueva York en 1938-, en primer lugar debemos saludar en él al hombre que hizo posible abolir la discriminación racial en las orquestas mediante la integración de músicos de color (Teddy Wilson, Lionel Hampton, Charlie Christian, Cootie Williams). Sin embargo, sería injusto reducir su contribución al jazz solo a este comportamiento (que supo aprovechar), porque Goodman supo crear un estilo personal muy atractivo, nutrido en la escuela de Chicago y las aportaciones de Sidney Bechet y Barney Bigard. Su música es la de la plenitud: llena de encanto, portadora de simple alegría y felicidad en la vida, magnificada por eficientes e inteligentes orquestaciones de los mejores arreglistas del momento (Fletcher Henderson, Benny Carter, Mary Lou Williams…).

Virtuoso del clarinete, que establece su discurso en la modulación por pequeñas frases que a veces son preciosas, por arabescos y volutas que expresan su inclinación por la ornamentación, preocupado por la perfección, riguroso en el trabajo tanto para él como para los demás, Goodman- bien dirigido por el productor John Hammond , quien se convirtió en su cuñado- atrajo a este público blanco ávido de coros de moda, así como a esas multitudes de bailarines que invadieron el salones de baile. Diversificó sus actuaciones con pequeñas formaciones (del trío al sexteto), en el estilo orquestal original, en las que los solistas se labraban la parte del león y donde Gene Krupa intervenía para exhibiciones locas (solos de batería).

Royal, por tanto, fue el camino que condujo a este hijo de un sastre judío emigrado -todos cuyos hijos se convirtieron en músicos profesionales- de la orquesta de la sinagoga donde había debutado a los once años a las orquestas sinfónicas que lo acompañaban en Mozart, Bartók o Hindemith. Mientras tanto, a los diecisiete años, se había sumado a la formación de Ben Pollack, un gran buscador de talentos, había tenido una gran demanda en Broadway (radio, grabaciones, musicales), había acompañado a dos de los más grandes cantantes de blues y el jazz – Bessie Smith al final de su carrera, Billie Holiday al comienzo de la suya, negoció el giro del jazz para la salida de su gueto, y se había convertido en la clarinetista más famosa del mundo. Se le dedicó una película, La historia de Benny Goodman (1955). Después de la Exposición Internacional de Bruselas en 1958, tocó en la Unión Soviética en 1962 con el primer grupo de jazz estadounidense en actuar en ese país.

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