Declaración de indulgencia (1687) – Historia

El absolutismo en Inglaterra ha pasado por diferentes fases desde su aparición, con la ascensión al trono de Enrique VII en 1485, tras el fin de la Guerra de las Dos Rosas. En este conflicto, que comenzó en 1455, dos familias nobles, la Casa de York y la Casa de Lancaster, competían por el poder.

Enrique VII de la dinastía Tudor gobernó de forma centralizada y absolutista, y su sucesor, Enrique VIII, no sólo continuó este modelo político, sino que lo reforzó.

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En su gobierno, creó la Iglesia Anglicana. Así, rompió con la Iglesia católica y redujo el poder de la institución en Inglaterra, en el contexto de las reformas religiosas que se estaban produciendo en Europa.

Tras su muerte, su hija Isabel I asumió el trono en 1558. Su gobierno representa el apogeo del absolutismo en Inglaterra, que en este período se convirtió en la mayor potencia económica europea.

El año 1603 marca el final de la dinastía Tudor en el poder, cuando el trono inglés fue ocupado por James I, escocés, primo de Isabel y miembro de la dinastía Stuart. Durante el reinado de Jaime I, las tensiones entre la monarquía y el Parlamento se intensificaron.

Continuando con el absolutismo que había estado presente desde el siglo XV en Inglaterra, Carlos I, hijo de Jaime I, asumió el trono en 1625. Durante su reinado, los grupos opositores fueron intensamente perseguidos.

En 1628, el Parlamento impuso la Petición de Derechos al monarca, buscando limitar sus poderes, pero el rey la faltó al respeto, imponiendo medidas como la creación de impuestos, que disgustó a diferentes grupos, como la burguesía.

Los enfrentamientos entre el Parlamento y el Rey, en un escenario de crisis económica, desembocaron en una guerra civil, a partir de 1642, ganada por el Parlamento, bando formado por sectores como la burguesía mercantil, la alta burguesía (nobleza rural) y los puritanos.

LA Revolución Puritana, como se conoció, terminó con la muerte de Carlos I, decapitado en 1649, y la proclamación de una República, gobernada por Oliver Cromwell, el líder puritano que comandó el ejército parlamentario durante la guerra civil.

El gobierno de Cromwell estuvo marcado por el autoritarismo y duró hasta 1658. Con la muerte del puritano, su hijo, Richard, asumió el poder. Debilitado y sin apoyo, estuvo al mando del gobierno inglés durante menos de un año, y en 1660 comenzó el proceso de restauración de la monarquía.

Carlos II fue el primer rey de la fase de restauración monárquica, seguido de Jaime II, su hermano, quien, en el poder, prosiguió el restablecimiento del absolutismo en Inglaterra.

Jaime II, convertido al catolicismo cuando se exilió en Francia, de donde huyó cuando se estableció la República de Cromwell, ocupó el trono a partir de 1685. Una de las medidas tomadas por el rey fue la de Declaración de indulgencia, de 1687, que concedió cierta libertad religiosa a los ingleses.

El término “indulgencia” trae la idea de perdón de errores y, en el contexto en cuestión, otorgarlo significó la suspensión de las leyes que penalizaban a los católicos y practicantes de otras religiones en la Inglaterra protestante.

El texto del documento se editó varias veces. En uno de ellos, el monarca estableció que la declaración fuera leída en todas las iglesias anglicanas, provocando la reacción de obispos y fieles, que veían en la medida del rey un intento de hacer del catolicismo la religión oficial de Inglaterra.

La situación se volvió insostenible tras el nacimiento del hijo de Jaime II con la reina María de Módena, en 1688, lo que supuso la posibilidad de que el trono inglés fuera ocupado en el futuro por un católico.

El parlamento, de mayoría protestante, inició un proceso que desembocó en la deposición del rey. El trono fue entregado a Guillermo de Orange, casado con Mary Stuart, hija de James, quien asumió el poder con una serie de limitaciones impuestas por el propio Parlamento. El movimiento, conocido como Revolución gloriosa, implantó una monarquía constitucional y fortaleció el poder de la burguesía en Inglaterra.

Referencias:

BRIGGS, Asa. BURKE, Peter. Una historia en las redes sociales: de Gutenberg a Internet. Río de Janeiro: Jorge Zahar, 2004.

POOLE, Hilary (ed.) Et. Alabama. Derechos humanos: referencias imprescindibles. São Paulo: Edusp / NEV, 2007.

SIMMS, Brendan. Europa – la lucha por la supremacía: desde 1453 hasta la actualidad. Lisboa: Ediciones 70, 2015.

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