Todo tipo de obras entran en el género pastoral (poemas – idilios, églogas, pastourelles -, novelas, obras de teatro) que representan, en un entorno rural idealizado (una Arcadia), los amores (a menudo frustrados) de pastores y pastoras de convención: es se trata de hacer expresar sentimientos complejos, en un lenguaje refinado, por personas «simples», «puras», «ingenuas».
De origen antiguo (los Idilios de Teócrito, los Bucólicos de Virgilio) y ya conocido desde la Edad Media (el Juego de Robin y Marion, Adam de la Halle), el género recibe su tradición de las obras maestras del Renacimiento italiano.: El novela en prosa mezclada con versos de Sannazaro (laArcadia, 1502), y las pastorales dramáticas, laAminta du Tasse (1573) y El pastor fido por Guarini (1589). En España, el Diane de Montemayor (1559), el Galatea de Cervantes (1585) traduce, con los mismos artificios, el mismo sueño aristocrático de inocencia, sencillez, refinada pasión, que hizo del éxito del género en la sociedad sociedad.
Bajo su influencia, el género está de moda en Francia en los primeros xviimi siglo: su obra maestra es una novela, l’Astrée (H. d’Urfé, 1607-1628). El grupo de Pastores ilustres reúne a la nueva generación poética en torno a Nicolas Frénicle (Mantenimiento de ilustres pastores, 1634). los pastoral dramática, rico en aventuras, mezcla el idilio elegíaco con lo maravilloso (mitología, magia) y las travesuras de los «sátiros», desarrolla (Racan, los Bergeries, 1625; Mairet, Sylvie, 1626; Silvanire, 1629). Repudiada por sus artificios por el gusto clásico, la pastoral reapareció a finales de siglo con Quinault, luego, en xviiimi siglo, en la forma de «trabajo filosófico pastoral» que opone las virtudes naturales a la corrupción social (Gessner, Idilios 1756-1772; B. de Saint-Pierre, Paul et Virginie, 1788).
En Inglaterra, los valores pastorales están vinculados a romance componente principal no heroico del puritanismo. Spenser, Sidney (Arcadia, 1590) crean el vínculo entre la aristocracia de las almas y la «ciudad jardín». Shakespeare responde en sus pastorales antipastorales (Como le guste), Milton coloca el jardín (Paraíso perdido) en el corazón del drama humano.
Pero la pastoral adolece de su “convención”. La pintura del campesino se orienta hacia el realismo (Zola, la tierra, 1887) opuesto a su carácter. Sin embargo, ella no est del todo muerta: el Mireille de Mistral (1859) o ciertos poemas de F. Jammes forman parte de su tradición, que también se encuentra en G. Sand, o en Giono.