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Ley de 9 de diciembre de 1905 por la que se denuncia el Concordato de 1801 y se instituye en Francia un régimen en el que el Estado, que considera la religión como manifestación individual, de carácter privado, la deja en completa libertad, bajo el common law.
1. Una separación dolorosa
Las medidas tomadas por Waldeck-Rousseau y Combes con respecto a las congregaciones en 1901 y 1904 (prohibición de la enseñanza y confiscación de los bienes y propiedades de las comunidades) habían hecho inevitable la separación.
Fue al socialista Aristide Briand a quien la Cámara de Diputados encomendó la tarea de relator de una ley que, tras largas discusiones, fue aprobada el 9 de diciembre de 1905. Garantizaba la libertad de conciencia y la libertad de culto, pero rompía con el Concordato de 1801; después de cuatro años durante los cuales se compensa a los ministros de religión, se retirará cualquier subvención. La propiedad eclesiástica se transfiere a asociaciones religiosas.
A pesar de la buena voluntad mostrada por la mayoría de los obispos, Pío X condena la ley de 1905 (encíclica Vehementer, Febrero de 1906) y las asociaciones religiosas prohibidas, al igual que las mutualidades eclesiásticas (encíclica Gravissimo officii, agosto). Los enfrentamientos violentos a veces marcan los inventarios.
Finalmente, bajo Clemenceau, los incidentes remiten. Briand, ministro de Instrucción Pública, organiza el sistema de culto: este ser asimilado a una reunión pública es gratuito; el clero mantiene a su disposición, sin título legal, los edificios religiosos.
Después de la Primera Guerra Mundial, en 1920, las relaciones protocolares unieron nuevamente al gobierno francés y al Vaticano.
2. Artículos 1 y 2 de la ley de 1905 (versión consolidada del 12 de marzo de 2015)
Artículo 1. La República asegura la libertad de conciencia. Garantiza el libre ejercicio del culto bajo las únicas restricciones que se establecen a continuación en interés del orden público.
Artículo 2. La República no reconoce, paga ni subvenciona ninguna religión. En consecuencia, todos los gastos relacionados con el ejercicio del culto se eliminan de los presupuestos del Estado, departamentos y municipios. Los gastos relacionados con los servicios de capellanía y destinados a garantizar el libre ejercicio del culto en establecimientos públicos como escuelas secundarias, colegios, escuelas, hospicios, asilos y cárceles, sin embargo, pueden ingresarse en dichos presupuestos.
3. Las excepciones a la ley de 1905
La ley de separación de las Iglesias y el Estado de 1905 no se aplica en todo el territorio francés. En Alsacia-Mosela, la ley de culto local se deriva en gran medida del Concordato de 1801. En Guyana, el texto en vigor sigue siendo la ordenanza real de Carlos X del 27 de agosto de 1828. Los decretos-leyes de 1939, conocidos como Decretos Mandel, que permiten que todas las sensibilidades religiosas se beneficien de las ayudas públicas se aplican, además de Guyana, en las comunidades de ultramar regidas por el artículo 74 de la Constitución (Polinesia Francesa, Wallis y Futuna, Saint-Pierre-et-Miquelon) pero también en Nueva Caledonia y Mayotte.
Para obtener más información, consulte los artículos. laicismo, IIImi República, radicalismo.