Written by Onicofagia es el término médico y técnico para nombrar el hábito de morderse las uñas, que puede ser de las manos o incluso de los pies. A veces, este hábito se convierte no solo en morderse las uñas, sino también en morder las yemas de los dedos.
Este hábito es uno de los más comunes dentro de la sociedad mundial, alcanzando alrededor del 29% de toda la población y puede tener o no una explicación científica, porque el hecho de que morderse las uñas no siempre proviene de algún tipo de trastorno psicológico. El hábito también puede ser causado por imitación (los niños imitan a los adultos que se muerden las uñas y se quedan con este hábito).
Lo cierto es que en la gran mayoría de los casos, está provocado por un estado psicoemocional de ansiedad que puede tener varias características. También se puede llamar reflejo de desajustes emocionales.
Generalmente a partir de los 4 años de edad, se puede ver con mayor incidencia en la adolescencia por motivos hormonales, con grandes posibilidades de acompañar a la persona por el resto de su vida.
Al morderse las uñas, las personas usan sus dientes como sierra y los músculos de la cara como fuentes de fuerza. Esto elimina todo el contorno de la uña que pronto vuelve a crecer.
Algunas personas son tan abusivas que lesionan la carne de los dedos o incluso la base de las uñas (cutícula), lo que puede ser una puerta de entrada a las infecciones. La mayoría de las personas que se muerden las uñas necesitan tratamientos de ortodoncia.
Aún no existen reportes de problemas graves ocasionados por este hábito, pero se sabe que el hecho de morderse las uñas puede tener algunas consecuencias negativas para las personas.
Un factor negativo importante de este hábito es que las manos y los pies son grandes portadores de microorganismos que viven debajo de la superficie de las uñas y que son transportados al cuerpo en grandes cantidades. Estos microorganismos pueden ser virus, bacterias u hongos, agentes que pueden causar una variedad de enfermedades.
Otro factor es que el roedor compulsivo de uñas puede haber dañado el esmalte de los dientes, especialmente los incisivos que se utilizan más en la práctica de morderse las uñas. Con el esmalte de los dientes dañados, la aparición de caries en estas zonas es muy común.
Todavía no existe un tratamiento específico para la onicofagia, pero algunos médicos usan antidepresivos potentes para controlar la ansiedad de los pacientes; algunos medicamentos también se pueden usar en tratamientos para la tricotilomanía e incluso la psicosis.
La industria cosmética se ha beneficiado enormemente de este tipo de hábitos, lanzando al mercado bases y esmaltes con sabores muy desagradables en un intento por inhibir que la persona se muerda las uñas. Este tipo de tratamiento funciona bien con los niños, sin embargo, después de cierta edad se descubre que un simple lavado con alcohol o acetona es capaz de remover la base de las uñas.
Hay otro tipo de tratamiento llamado «Entrenamiento de reversión de hábitos «, pero algunos estudiosos dicen que este tipo de entrenamiento puede acabar con el hábito de morderse las uñas y dejar al paciente con otra manía, ya que el principio básico del entrenamiento es hacer que el paciente haga otra cosa cada vez que tenga ganas de morderse las uñas.
El hecho es que se trata de un hábito que no siempre es bien visto por la sociedad y puede provocar algún tipo de vergüenza a quienes lo practican.
Fuentes:
http://www.sobiologia.com.br/conteudos/jornal/noticia3.4.php
http://educamais.com/onicofagia-roer-as-unhas/
http://en.wikipedia.org/wiki/Onicofagia
