Peter Simon Pallas –

Explorador y naturalista alemán (Berlín 1741-Berlín 1811).

En los campos de la zoología y la botánica, se le reconoce como un igual a sus grandes contemporáneos, Buffon y Linné. Sus viajes por el inmenso Imperio Ruso también le permitieron abrir nuevos horizontes a otras ciencias, como la paleontología, la geografía, la geología, la etnografía y la lingüística.

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De origen francés a través de su madre, Pallas nació en Berlín donde su padre era cirujano y profesor universitario. Muy pronto mostró dotes excepcionales para las ciencias. A los quince años ya era autor de un estudio detallado de la vida de las orugas y de un sistema de clasificación de las aves en función de la forma de sus picos. Doctorado en Medicina a los diecinueve años tras la defensa de una tesis muy destacada sobre las lombrices intestinales, partió para Holanda, luego para Inglaterra donde los naturalistas que conoció animaron su interés por la zoología. Al regresar con su familia en Berlín, se lanza ardientemente al trabajo de describir los insectos de Brandeburgo. Pero está aburrido en Prusia y sueña con volver a Holanda. Su padre finalmente cedió, y el joven pronto centró su atención en las ricas colecciones de especímenes de animales en La Haya traídos de tierras lejanas por comerciantes y exploradores holandeses. Esta investigación le permitió escribir su primer trabajo importante, elElenchus zoophytorum, donde estudia, de manera muy completa, los zoófitos (nombre que entonces se le da a pequeños animales que se asemejan a plantas).

Llamado a Berlín por su padre en 1766, no permaneció allí mucho tiempo, porque la Academia de Ciencias de San Petersburgo le ofreció la conducción de una de las grandes expediciones científicas enviadas, por iniciativa de Catalina II, para explorar el Imperio Ruso, muchas partes del cual aún no se conocen bien. Por lo tanto, realizó una breve estancia en San Petersburgo, durante la cual preparó el viaje, y abandonó la ciudad en junio de 1768. Primero viajó por las llanuras de la Rusia europea y pasó el invierno en Simbirsk (Ulyanovsk), en el Volga. En la primavera de 1769, fue a Samara (Kouïbychev), luego a Orenburg y, siguiendo el curso de los Urales, llegó al Mar Caspio. Durante el invierno de 1769-1770 permaneció en Ufa, en la tierra de los Bashkirs, un pueblo al que estudió como etnólogo experto. Cuando llega la primavera, cruza los Montes Urales. Su exploración de Siberia lo llevó en otoño a Chelyabinsk, en diciembre a Tobolsk, en mayo a Omsk. Continúa hacia Krasnoyarsk, luego hacia Irkutsk, cruza el lago Baikal en 1773 y avanza hasta la frontera con China. Cuando regresó a San Petersburgo en julio de 1774, trajo consigo numerosos especímenes de minerales, plantas, animales actuales y especies extintas.

La publicación de su diario de viaje y la preparación de otros escritos que exploten los datos científicos de todo tipo recopilados durante su viaje lo ocuparán en los años siguientes. Los títulos de sus obras dan testimonio de la diversidad de sus áreas de interés: Observaciones sobre la formación de montañas y los cambios que le han ocurrido al globo; Flora de Rusia; Vocabulario comparado de los idiomas del mundo; Zoografía ruso-asiática… En cada disciplina aporta nuevas nociones, ideas originales que muy a menudo lo convierten en un precursor. En 1783-1784, visitó las provincias del sur del Imperio ruso, y en particular Crimea, de la que dibujará un retrato encantador en su Descripción física y topográfica de Tauride. Catalina II facilita su establecimiento, en 1795, en este país. Allí permaneció quince años, ocupándose del cultivo de la viña y de la publicación de sus libros (en total le debemos unos ciento setenta escritos). En 1810, de repente sintió la necesidad de volver a ver a Prusia. Se mudó a Berlín, pero su reencuentro con su país natal fue de corta duración ya que murió al año siguiente.

Un zoólogo brillante

Un zoólogo brillante


Pallas, quien fue uno de los geólogos y geógrafos eminentes de su tiempo, también avanzó en la paleontología animal, aunque sus puntos de vista sobre la historia de la vida reflejan las contradicciones de la ciencia de la época: fue sucesivamente más bien evolutivo, luego más bien fijista. En 1767, publicó una importante memoria sobre los huesos fósiles de grandes cuadrúpedos (mamuts, rinocerontes, búfalos) que luego se encontraron en abundancia en los suelos helados de Siberia. Posteriormente, entregará otro libro sobre fósiles. Del uso de las medallas dejadas en el seno de la Tierra para observar el estado de las mismas en tal o cual momento. Además, su investigación en anatomía comparada le permitió ser uno de los primeros en clasificar sistemáticamente a los animales según sus peculiaridades anatómicas y su modo de reproducción. También fue uno de los primeros en tener en cuenta las relaciones de los seres vivos con su entorno y en estudiar la distribución geográfica de animales y plantas. Finalmente, le debemos la descripción de varios cientos de nuevas especies.

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