Quistes de Tarlov – Enfermedades

quistes de tarlov, también llamados quistes sacros perineurales o perirradiculares, consisten en “bolsas” de líquido cefalorraquídeo (LCR) ubicadas en el canal espinal, más específicamente entre las vértebras S1 y S4.

Estas estructuras fueron descritas por primera vez por Isadore M. Tarlov, en 1938, durante un estudio del filo terminal (filum terminale) en autopsias. Tarlov observó quistes extradurales, generalmente múltiples en nervios sacros y / o coccígeos.

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Hasta la fecha, la etiología de esta enfermedad no se ha dilucidado con claridad. Sin embargo, existen varias hipótesis sobre el factor que conduce al aumento del flujo de LCR, presente en el interior de los quistes, provocando que éstos aumenten de tamaño, pasando de asintomáticos a sintomáticos. Entre estas causas se encuentran las lesiones que ocurren en el sacro o la región del coxis, como resultado de accidentes automovilísticos, levantamiento de pesas, parto y analgesia epidural.

Los quistes de Tarlov no suelen provocar síntomas. Sin embargo, cuando los hay, los síntomas se deben a la compresión de las raíces nerviosas que parten de la región sacra e incluyen:

  • Dolor en la espalda baja, glúteos y miembros inferiores;
  • Dolor de pecho, espalda, cuello uterino y miembros superiores;
  • Parestesia en piernas y pies o brazos y manos;
  • Debilidad en miembros superiores o inferiores;
  • Dolor al toser o estornudar;
  • Problemas para vaciar su vejiga;
  • Incontinencia fecal y / o urinaria;
  • Dolor de cabeza debido al cambio en la presión del LCR, que puede ir acompañado de visión borrosa y presión detrás de los ojos;
  • Mareo;
  • Sensación de ardor en el cóccix;
  • Dolor en órganos genitales y / o región abdominal.

El conocimiento sobre el quiste de Tarlov aún es limitado. Además, la sintomatología es similar a la causada por otras afecciones. Por tanto, es difícil de diagnosticar. Las pruebas de imagen como la resonancia magnética, la tomografía computarizada y la mielografía evidencian la presencia del quiste de Tarlov.

El tratamiento de este quiste puede ser clínico y / o quirúrgico, variando según cada caso. La primera se realiza mediante analgésicos, antidepresivos, fisioterapia, inyección local de corticoides y analgesia epidural. Cuando el paciente no muestra mejoría, o hay presencia de importantes lesiones nerviosas y / o óseas, el tratamiento puede implicar una punción percutánea guiada por tomografía computarizada, con el objetivo de reducir la presión hidrostática del quiste. El procedimiento quirúrgico comprende una lamnectomía para descomprimir el quiste. Sin embargo, esta última opción puede tener consecuencias, como fuga de LCR, infección, daño nervioso y recurrencia.

Fuentes:
http://www.scielo.br/pdf/anp/v62n3a/a23v623a.pdf
http://www.actamedicaportuguesa.com/pdf/2008-21/2/171-178.pdf
http://www.aans.org/Patient%20Information/Conditions%20and%20Treatments/Tarlov%20Cyst.aspx
http://en.wikipedia.org/wiki/Tarlov_cyst

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