Written by La hipertensión arterial es responsable de provocar cambios en la vascularización de algunas regiones del globo ocular, incluida la retina.
Los cambios del fondo de ojo causados por la hipertensión se pueden clasificar como angiopatía retiniana, retinopatía y neurorretinopatía. La hipertensión arterial leve o moderada puede instalarse durante varios años sin manifestar ninguna alteración oftalmoscópica, o bien puede presentar solo una estenosis leve de las arterias retinianas. Sin embargo, si persiste el proceso, puede producirse isquemia o incluso necrosis muscular de la media y, por tanto, dilatación vascular con extravasación de plasma. A medida que avanza el proceso, aparecen oclusiones, hemorragias y regiones de infartos.
A través del examen oftalmoscópico es posible llegar al diagnóstico y también al pronóstico de la afección en cuestión.
Hasta el día de hoy, no existe cura para retinopatía hipertensiva; sin embargo, existen formas de evitarlo, ralentizar su evolución y, en determinados casos, recuperar parte del daño. Los pacientes con hipertensión arterial deben someterse a exámenes de fondo de ojo en el momento del diagnóstico y, por lo tanto, realizar exámenes anuales. Dado que estos pacientes suelen tener más de 40 años y pueden tener otras enfermedades asociadas, la prueba tiene la función de asegurar que no solo la hipertensión, sino otras enfermedades (como glaucoma, diabetes, entre otras) no amenacen la visión del paciente.
Otro punto importante para ayudar a controlar la enfermedad es el mantenimiento de niveles de presión arterial bien controlados, asociado a la práctica de ejercicios físicos y una dieta equilibrada.
Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Retinopathy
http://departamentos.cardiol.br/dha/revista/8-3/retinopatia.pdf
http://www.oftalmopediatria.com.br/texto.php?cs=14
http://www.clinicabelfort.com.br/pt/sua-saude/doencas/retinopatia-hipertensiva/
