San Agustín de Hipona

San Agustín de Hipona – Biografía del filósofo

Filósofo líder del período de la filosofía conocido como patrística, Agustín de Hipona o San Agustín fue un filósofo de la Edad Media cuya obra ayudó a sentar las bases de la filosofía adoptada por la Iglesia católica, así como a plantear cuestiones que influyeron en toda la historia posterior de la filosofía. Surge como un reformulador de la filosofía patrística, practicada en los primeros siglos del cristianismo, explorando temas que estaban más allá de las cuestiones del platonismo cristiano, la corriente filosófica más popular en los primeros años de la patrística. Hasta Agustín, los filósofos cristianos argumentaron que el fundamento y la esencia de la vida debería ser la fe, particularmente la fe cristiana. Desde la fe, los hombres tomarían decisiones importantes en su vida y emitirían juicios morales, pues la razón estaba legada al actuar en la vida cotidiana, en las decisiones menores y rutinarias.

Agustín, por otro lado, conocedor de la filosofía detrás de varias religiones y muy versado en filosofía general, buscó la razón para la justificación de la fe. Si, por un lado, entendió que la fe era fundamental, y nunca tuvo la intención de que la razón la subyugara, por otro lado, entendió que se necesitaba algo más allá de la fe misma para llevar a los hombres incrédulos a considerarla, poniéndose a sí mismo como ejemplo. , ya que nunca estuvo particularmente inclinado hacia el cristianismo hasta que conoció a Ambose de Milán y se reevaluó, luego se convirtió. Entre los muchos temas sobre los que trabajó, exploró el tema de la libertad humana, en forma de libre albedrío, defendiendo que la Gracia Divina sería el elemento garante de la libertad. También formuló la doctrina del pecado original y la teoría de la guerra justa.

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Como innovador de la filosofía patrística, Agustín también utilizó argumentos escépticos, especialmente en su refutación de la corriente filosófica conocida como académicos. En su Del Génesis ad literam, defendió el conocimiento natural y la razón al afirmar que si los pasajes de la Biblia cristiana contradicen la ciencia o la razón, estos pasajes deben reinterpretarse como metáforas extendidas, no como historia. Su justificación es, que la razón habría sido dada por Dios, quien siendo benévolo, no daría a los hombres una razón engañosa que estaría inclinada a contradecir la Biblia, por mero capricho o error.

Con respecto a su teoría del conocimiento, a diferencia de Platón, Agustín argumentó que el testimonio de otras personas, aun cuando no nos brinde información verdadera o verificable, puede brindarnos nuevos conocimientos. Según Gareth Matthews, Agustín desarrolló aún más el «argumento de la analogía con otras mentes» como una solución estándar al problema de otras mentes, anticipando un debate que Descartes seguiría, más enfáticamente, siglos después.

Según Agustín, los cristianos deben ser filosófica y personalmente pacifistas. Esto significa que los cristianos deben defender la paz, optando por ella por principio, siempre que sea posible, pero permitiendo que, cuando no sea posible establecer la paz, se pueda hacer la guerra. Entendió que una actitud pacífica frente a un mal que sólo puede ser detenido por la violencia es un pecado, ya que permite la perpetuación de este mal. En estos casos, los cristianos deben considerar que una guerra sólo es justa si su objetivo es el mantenimiento de la paz y existe un compromiso duradero con ella. Sin embargo, la guerra no puede ser preventiva, sino sólo defensiva, con el objetivo de restaurar la paz, nunca para atacar a quienes tienen el potencial de violar la paz, ya que esto equivaldría a castigar antes del crimen. Dado que ningún ser humano puede garantizar con absoluta certeza que un delito realmente ocurrirá, es injusto castigar antes de que ocurra el delito. Asimismo, la guerra sólo es justa cuando está a la defensiva.

Referencias bibliográficas:
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