A diferencia de lo que puede parecer, el tomate no es un vegetal, sino un Fruta. O tomate (Solanum lycopersicum), planta cuyo fruto es el tomate, es originaria de la región de los Andes (desde el norte de Chile hasta Colombia), aunque inicialmente fue cultivada en la región de México. Con la colonización de América, en el siglo XVI el tomate fue llevado a Europa, inicialmente a España e Italia, países en los que se adaptó fácilmente, debido al clima mediterráneo. Actualmente se cultiva en todo el mundo.
Reino: Plante
División: magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Pedido: Solanales
Familia: Solanáceas
Género: Solanum
Especies: S. lycopersicum
Hay tomates de varias formas y tamaños. Los colores van del amarillo al rojo, debido a los pigmentos de caroteno y licopeno que se encuentran en las frutas. El rojo (rico en licopeno) es el más común. Además de estos pigmentos, que son agentes anticancerígenos, en el tomate hay sales minerales (calcio, fósforo, potasio, magnesio y ácido fólico) y vitaminas (A, C y Complejo B).
Los tomates se pueden consumir de varias formas. Su contenido calórico es bajo si se consume fresco. Además del consumo en ensaladas, salsas, secos, jugos, entre otros, la industria procesa la fruta de diferentes formas, como pasta, puré y salsa de tomate, y otras variedades enlatadas.
Para cultivar tomates, se recomienda que las plántulas se produzcan en bandejas de espuma de poliestireno. Las semillas se pueden encontrar fácilmente en tiendas agrícolas. En esta etapa, es necesario que las semillas estén mojadas todos los días, sin exceso.
Cuando las plántulas alcanzan cuatro o cinco hojas, y aproximadamente 10 cm, es el momento de trasplantarlas al lugar definitivo. Después del trasplante, es necesario fijar un palo de bambú o madera al lado de cada planta. Con tiras, la planta se ata al poste, sin apretar, dejando espacio para que el tallo se desarrolle paralelo al poste.
En las regiones de Brasil con un clima templado, las plantas de tomate se pueden cultivar durante todo el año. Las temperaturas extremas (exceso de calor o heladas) dificultan el desarrollo de la planta. La lluvia excesiva también es perjudicial para el cultivo de tomate. Por lo tanto, el riego debe realizarse cada dos o tres días, manteniendo así el suelo siempre húmedo, pero no encharcado. Entre los 90 y los 100 días los tomates están listos para ser recolectados, recordando que se pueden recolectar sin madurar, ya que el proceso de maduración continúa incluso después de la cosecha.
En Brasil, la producción de tomate está muy desarrollada.
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Referencias:
TOMATE. Disponible en: http://revistagloborural.globo.com/GloboRural/0.6993,EEC1510079-4529.00.html. Consultado el 05 de enero. 2011.
TOMATE. Disponible en: http://pt.wikipedia.org/wiki/Tomate. Consultado el 05 de enero. 2011.