Arte bizantino – historia y características

LOS arte bizantino se trata del arte del carácter, eminentemente religioso que se produjo en el Imperio Bizantino, al este del Imperio Romano después de su división en el 395 d.C.

Tras la división del Imperio Romano en dos partes debido a conflictos políticos y problemas con las fronteras, el emperador Constantino trasladó la capital del imperio a Bizancio, adoptando el nombre de Constantinopla. La entonces capital Constantinopla fue el centro artístico más importante de ese período.

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El arte bizantino, por su ubicación geográfica, incorporó rasgos de Oriente como Asia Menor y Siria, además de influencias grecorromanas. El arte bizantino se destacó en la pintura y la escultura, pero fue el mosaico y la arquitectura los que se destacaron de manera más expresiva. Al contrario de lo que parece, no solo tenía una finalidad decorativa, sino que también tenía una finalidad didáctica y educativa para orientar a los fieles, especialmente a los analfabetos, en la comprensión de los pasajes bíblicos a través de reproducciones de la vida de Cristo. Como resultado, los artistas deben seguir fielmente un patrón y tradiciones, para que los artistas ya no puedan seguir su imaginación y creatividad.

El arte bizantino se puede dividir en dos momentos que marcan esta división que se produjo debido a ideas y conflictos religiosos y filosóficos que terminaron destruyendo gran parte de las pinturas, esculturas y mosaicos de las iglesias. Los grupos que estaban en contra de cualquier imagen de carácter religioso fueron llamados iconoclastas que significa destructores de imágenes. No fue hasta el siglo IX cuando las imágenes volvieron a decorar las iglesias.

En la pintura bizantina, se destacan los frescos en las paredes de las iglesias, las pinturas en paneles portátiles y las miniaturas utilizadas en las ilustraciones de libros. Como ejemplo, se puede citar a la Virgen en el Trono, temple sobre tabla, una pintura que data de finales del siglo XIII. Las esculturas no son muy comunes en el arte bizantino, sin embargo, las esculturas creadas generalmente están hechas en marfil.

Los mosaicos adquieren especial protagonismo en el arte bizantino como máxima expresión de este período. Los mosaicos se realizaron con pequeños trozos de piedra y vidrio sobre cemento fresco. Los mosaicos ilustraron, además de los pasajes bíblicos, retratos del emperador. Justiniano y su séquito (547 d.C.) es un buen ejemplo de la aplicación de esta técnica. En él se representan figuras humanas con cuerpos alargados y rígidos, cabezas pequeñas y pies con ojos grandes, se excluye toda representación de movimiento en la escena, sugiriendo un nuevo ideal de belleza.

En arquitectura, la característica básica de las construcciones bizantinas son las cúpulas sostenidas por columnas o arcos, creando grandes espacios. La Iglesia de Santa Sofía es la más grandiosa de este período, fue construida en el 532-537 d.C. por los arquitectos Antemio de Trales e Isidoro de Mileto.

Santa Sofía (Santa Sofía) – (Istanbul, Turquía). Foto: Mehmet Cetin / Shutterstock.com

Referencias bibliográficas:
GOMBRICH, EH la historia del arte. Río de Janeiro: LTC, 2013.

JANSON, H.W y JANSON, Anthony F. Introducción a la historia del arte, 2ª ed. São Paulo, Martins, 1996.

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